Más de 42 millones de electores turcos están llamados a renovar hoy los 550 escaños del Parlamento saliente, dominado desde el 2002 por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, islamista moderado), que es, además, el favorito para ganar de nuevo los comicios, tras una crisis en los últimos meses entre el Gobierno y los sectores laicos. La mayor parte de las encuestas atribuyen al partido del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, entre un 35% y un 45% de la intención de voto. Eso sitúa a los islamistas moderados muy por delante de su principal rival, el laico, socialdemócrata y nacionalista Partido Republicano del Pueblo (PRP), al que las encuestas otorgan entre el 19% y el 25% de los sufragios.

LA ALTERNANCIA La norma en la política turca de los últimos 20 años ha sido la alternancia en el poder. Dos datos explican la probable continuidad del PJD: la estabilidad y el crecimiento económico. El Gobierno de Erdogan ha sido uno de los más largos en la historia reciente de Turquía y solo ha adelantado las elecciones unos meses.

"En el 2002 éramos un partido nuevo y por eso la gente nos votó, ahora la gente nos votará conscientemente porque nos conoce", asegura Güldal Aksit, exministra de Turismo y candidata del PJD. El crecimiento económico es la bandera electoral de los islamistas moderados: la rápida recuperación de la crisis del 2001, la reducción de la inflación y el aumento de la renta per cápita son sus argumentos.

Sin embargo, la pobreza es aún un grave problema en Turquía y la oposición del PRP reprocha al Gobierno que el crecimiento económico no ha beneficiado a la población. "Nuestro principal objetivo es mejorar la situación social de las personas y defender la igualdad", declara Necla Arat, candidata socialdemócrata. Pero las propuestas sociales del PRP, más avanzadas que las del Gobierno, han pasado a un segundo plano ante el mensaje nacionalista de su líder, Deniz Baykal, y los constantes ataques al PJD agitando el fantasma del "peligro islamista".

"Esas acusaciones son falsas --afirma Aksit--, hemos gobernado durante cinco años y no hemos intentado cambiar el régimen laico de Turquía".

Tras una legislatura sin representación, el PAN volverá al Parlamento con sus propuestas contrarias a la UE y a Estados Unidos y a favor de reinstaurar la pena de muerte.