Un tribunal turco juzgará el 1 de julio a la estudiante española Adriana Espinosa. La joven, ahora en España, asistió en octubre en Gaziantep (sureste) a un acto por los derechos del pueblo kurdo. "Estaba haciendo un trabajo sobre la libertad de prensa y otro sobre la situación de los kurdos para la universidad y por eso quise ir. No sabía que era ilegal", explica Adriana, alumna de Periodismo de la Universidad de Sevilla que estaba en esa ciudad con una beca Erasmus. Lo que también desconocía era que la policía la fotografió.

Días después, al volver de un viaje, descubrió que la policía había registrado su casa y se había llevado a sus dos compañeras de piso a comisaría, y también su portátil. "Sentí miedo y salí corriendo", recuerda. Un mes más tarde, la policía la interrogó. "Sacaron un dosier con fotos mías y documentos que tenía en el ordenador sobre el tema kurdo. Me dijeron que con eso podían acusarme de propaganda terrorista", relata. Al final la dejaron ir, según le dijeron, sin cargos. Pero, fue imputada por pertenencia a banda terrorista, aunque el juez desestimó el caso. Entonces, el fiscal la acusó de violar la ley de manifestaciones. Espinosa será representada por un abogado turco, que confía en que será absuelta.

Fuentes de la Embajada de España explicaron que siguen el caso desde hace meses y que pidieron información a la policía, aunque la Dirección de Seguridad niega que exista un expediente contra ella.