Turquía apoya a la oposición siria y Rusia e Irán al régimen de Bashar el Asad. Pero ayer, los presidentes turco, Recep Tayyip Erdogan; ruso, Vladímir Putin; e iraní, Hasán Rohaní, se reunieron en Ankara para, dijeron, «buscar un futuro político al conflicto y asegurar la paz en Siria». El encuentro se celebró la misma semana en que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que quiere que sus soldados abandonen el país árabe.

Tras el encuentro, Erdogan, Putin y Rohaní, ante los periodistas, evitaron hablar de nada en concreto. «Hemos intercambiado nuestras opiniones y hemos acordado diferentes puntos, como colaborar más entre nosotros y enviar más ayuda humanitaria a Siria. Nos encontraremos los tres juntos, otra vez, en Teherán», dijo Putin.

Buenas palabras / De puertas para afuera todo fueron buenas palabras. Dentro, sin embargo, la cosa pudo haber sido muy distinta. Según la prensa turca, Rohaní le exigió a Erdogan que se retire de Afrín, enclave situado al noroeste de Siria que ahora es controlado por Turquía. Hace tres meses, Ankara empezó allí una operación militar para hacerse con el control de la región, antes en manos de las milicias kurdosirias de las YPG (Unidades de Protección Popular), a las que el gobierno turco considera terroristas por sus vínculos con el PKK.

«La unidad territorial de Siria es lo más importante. Siria debe permanecer unida e independiente de otros países. Son sus ciudadanos los que deben decidir el futuro del país, no estados extranjeros», dijo Rohaní ante los periodistas.

Este fue, de hecho, el tono de la conferencia ante los medios de comunicación: acusaciones veladas mientras los tres protagonistas sonreían a las cámaras, se daban las manos y se abrazaban. «Nosotros -afirmó Erdogan- hemos tenido cuidado de no matar civiles, de mantener las ciudades en pie. Pero otros no. Esto se puede ver en el estado en que han quedado las ciudades de Siria. Afrín está intacta, mientras que muchas otras ciudades están completamente destruidas». Si se refería a Guta, casi bajo control total de Damasco tras meses de bombardeos extenuantes contra civiles -en los que Rusia ha participado-, solo lo sabe el propio Erdogan.

La única acusación con nombre y apellidos estuvo dirigida a Estados Unidos. «EEUU quiere al Estado Islámico y a Al Qaeda en Oriente Próximo. Esa es su política. Pero nuestros tres países, cooperando entre sí, hemos conseguido que estas organizaciones casi desaparezcan», indicó el presidente iraní.

Nadie hizo referencia expresa, sin embargo, a las palabras de Trump. «Quiero que nos marchemos. Que nuestras tropas vuelvan a casa», dijo Trump el pasado martes. «Estamos destrozando el Estado Islámico y nos marcharemos de Siria, como... Muy temprano. Ahora que se encarguen otros», argumentó el dirigente estadounidense.