El primer golpe de Donald Trump nada más llegar a la Casa Blanca fue sacar a Estados Unidos del acuerdo sobre cambio climático de París. Desde entonces los enfrentamientos con la Unión Europea no han cesado y la amenaza de aranceles al acero y aluminio europeos o el abandono unilateral del acuerdo nuclear con Irán han enrarecido aún más el ambiente, que dominará la agenda de trabajo de los líderes europeos que se reúnen este miércoles y jueves en Sofía (Bulgaria).

“Además de los desafíos políticos tradicionales como el auge de China o la agresiva postura de Rusia, hoy presenciamos un nuevo fenómeno: la caprichosa asertividad de la administración norteamericana”, ha cargado el presidente de la UE, Donald Tusk, durante una breve comparecencia previa a la cena de este miércoles de los líderes de la UE. “Viendo las últimas decisiones del presidente Trump, uno podría llegar a pensar: ¿con amigos así quién necesita enemigos?”, ironizó.

El presidente de la UE prefiere ver en estos ataques que llegan del otro lado del Atlántico algo positivo. “Hablando francamente, Europa debería estarle agradecida al presidente Trump porque gracias a él nos hemos librado de todas las ilusiones. Nos ha hecho darnos cuenta de que si necesitamos una mano amiga la encontraremos al final de nuestro brazo”, ha advertido.

Unidad y determinación

Según el polaco, los europeos deben hacer todo lo que esté en sus manos para proteger el vínculo trasatlántico, pero debe prepararse para todos los escenarios posibles en los que tenga que actuar por su cuenta. Y para ello un elemento clave, según ha reiterado en distintas ocasiones, es “la unidad política y la determinación”.

Aunque en su carta no menciona, por ejemplo, la división que ha generado en el seno de los Estados miembros el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, Tusk recuerda que ser europeo es motivo de orgullo y que la UE debería dejar de lado complejos y llevar la cabeza bien alta “tanto con nuestros enemigos como con nuestros amigos”, ha anunciado poco antes de una cita de jefes de Estado y de Gobierno que precisamente versará sobre la dimensión global.

“No tengo ninguna duda de que, en el tablero global, Europa o será uno de los actores principales o un títere. Es la única alternativa” y “para ser sujeto y no objeto Europa debe estar unida económicamente, políticamente y también militarmente como nunca antes. O estamos juntos o dejaremos de estar”.