Los líderes de los 27 estados de la Unión Europea (UE) acordaron ayer enviar una misión civil a Kosovo para asegurar la estabilidad de la región serbia cuando declare su independencia. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se comprometieron a trabajar juntos de forma coordinada, por encima de sus divergencias sobre la independencia de Kosovo, para evitar que la anunciada secesión de la provincia serbia desestabilice los Balcanes. El futuro de Kosovo fue el tema central de las discusiones de la minicumbre de Bruselas, que cerró el semestre de presidencia portuguesa de la UE.

La mayoría de líderes de la UE se han resignado a la independencia de Kosovo como "algo inevitable" y concentran sus esfuerzos en amortiguar el impacto de esa independencia tanto en los Balcanes como en el seno de la propia UE. "Los kosovares y los serbios no quieren vivir más juntos. La independencia de Kosovo es ineluctable", dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

FORMULA EUFEMISTICA No obstante, un grupo de países, formado por España, Chipre, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria, son hostiles al reconocimiento de una declaración unilateral de independencia al margen de la ONU. Por ello, las conclusiones de la cumbre evitan cualquier referencia a la palabra independencia y utilizan la fórmula eufemística de "estatus futuro de Kosovo". "La cuestión sobre el reconocimiento de un Kosovo independiente todavía no se ha presentado", señaló la cancillera alemana, Angela Merkel. "La UE se pronunciará sobre ella a su debido tiempo", añadió Merkel.

Tras una larga discusión, la mayoría de los líderes lograron vencer la resistencia de Chipre para que dejara de oponerse a que la UE envíe una misión política a Kosovo y otra de policía y justicia con 1.800 especialistas para asegurar la estabilidad de un Kosovo "democrático, multiétnico, comprometido con el respeto de la ley y con la protección de las minorías y la herencia cultural y religiosa". Esta doble misión se encargará de la estabilización política, policial y judicial de Kosovo, y la OTAN seguirá al cargo de la seguridad militar de la población y de evitar estallidos de violencia.

EN FEBRERO O MARZO Los detalles y las modalidades de esa misión de estabilización y cuándo se enviará a Kosovo se acordarán en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores, según el compromiso en la cumbre. El primer Consejo de Exteriores se reunirá el 28 de enero, pero fuentes diplomáticas indicaron que esos detalles no se lograrán pactar hasta febrero o marzo. Los dirigentes encargaron al responsable de la política exterior de la UE, Javier Solana, que vaya preparando esa misión en contacto con las autoridades de Kosovo y con la ONU, que administra actualmente ese territorio.

La presidencia portuguesa de la UE aseguró que la actual resolución 1244 sobre Kosovo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ofrece una base legal internacional suficiente para el envío de la misión. Pero Chipre sostuvo que no y que "mientras esto no se resuelva, la UE no podrá enviar la misión".

Para facilitar la aceptación de Belgrado de la independencia de Kosovo, la UE ofreció a Serbia un proceso "acelerado" hacia el estatuto oficial de país candidato a la adhesión. Pero, bajo presión de Holanda, la UE volvió a condicionar ese proceso y la firma del acuerdo de asociación a la "plena cooperación" de Belgrado con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. Holanda, cuyos soldados bajo bandera de la ONU entregaron la ciudad bosnia de Sebrenica en 1995 a las fuerzas serbobosnias del general Ratko Mladic que masacraron a sus habitantes, condiciona la entrega de Mladic a cualquier nuevo avance de Belgrado hacia la UE.

Solana mantiene estrechos contactos con los dirigentes kosovares para que retrasen al máximo la declaración de independencia. La UE quiere evitar en especial que esa declaración se produzca antes de las elecciones serbias del 20 de enero y del 3 de febrero, para no arruinar las perspectivas de reelección del europeísta Boris Tadic.