Optimismo y confianza son las dos palabras que resumen las expectativas que levanta en la Unión Europea (UE) la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos. La UE confía en que la gestión de Obama contribuya a superar la persistente crisis financiera y la agudizada recesión que golpea con dureza ambos lados del Altántico y en que el nuevo presidente apoye la reforma del nuevo sistema financiero internacional que impulsa Europa.

LA RELACION CON RUSIA La UE espera también de la nueva Administración estadounidense una intensa implicación en resolver los conflictos que amenazan la seguridad mundial, un retorno al respeto de los derechos humanos, una política de distensión con Rusia, un respaldo a la lucha contra el cambio climático y un apoyo al desarrollo de los países pobres.

"La UE aspira a abrir una nueva etapa en sus relaciones con Estados Unidos, a pasar la página de la era Bush , a intensificar la colaboración. Europa tiene muchas ganas de trabajar como socio de Estados Unidos para resolver los problemas en el marco del respeto del derecho internacional", destacaron distintas fuentes diplomáticas.

EL PAPEL EUROPEO Desde la anterior presidencia demócrata de Estados Unidos, la UE ha cambiado mucho su manera de funcionar: tiene una moneda común, un responsable de política exterior y de defensa y una fuerza de intervención militar, e interviene directamente en la gestión de las crisis internacionales. Pero existe el riesgo de que la nueva Administración pueda sentir la tentación de primar su relación con Europa a través de Alemania, Francia y Gran Bretaña, en lugar de la UE y sus instituciones en su conjunto, indicaron otras fuentes comunitarias.

La UE espera "un compromiso desde el primer día" de Barack Obama y su equipo para lograr no solo una paz estable entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, sino para entablar un fructífero diálogo con Irán, estabilizar Irak, reconducir la guerra en Afganistán y evitar la desestabilización de Pakistán.

La distensión entre EEUU y Rusia también es clave para la UE. Los dirigentes europeos desean que Obama impulse un nuevo proceso de desarme con Rusia, aprovechando la expiración en diciembre del actual Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés) y la revisión prevista en el 2010 del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. La Unión Europea confía en que EEUU aproveche el cambio de presidencia para aparcar o enterrar su polémico proyecto de escudo antimisiles, lo que facilitaría un cambio sustancial en las relaciones con Rusia.

Bruselas (sede de la Comisión Europea), por el contrario, no espera que el cambio en la Casa Blanca implique variaciones sustanciales en los conflictos comerciales que les enfrentan (subsidios agrarios e industriales, carne hormonada).