La Unión Europea (UE) levantó ayer de forma temporal las sanciones diplomáticas impuestas a Cuba en junio del 2003 a raíz de las detenciones y condenas de disidentes, tras la liberación de parte de los detenidos en el 2004. El Consejo de Ministros de Exteriores de la UE acordó mantener un "diálogo constructivo con las autoridades cubanas" para fomentar la democratización, el respeto de los derechos humanos y la libertad de todos los presos políticos de la isla. Al mismo tiempo, la UE decidió desarrollar "relaciones más intensas con la oposición política pacífica" al régimen de Castro.

La decisión, impulsada por España, supone un giro radical en la política europea de los últimos años. La UE evaluará en junio los resultados de la nueva estrategia.

Las sanciones suprimidas son las restricciones a las visitas de alto nivel a Cuba, la reducción del nivel de participación en los actos culturales cubanos y la invitación de los disidentes a las fiestas nacionales de las embajadas de los países de la UE en la isla.

El ministro español Miguel Angel Moratinos afirmó que las sanciones impulsadas por José María Aznar habían sido "contraproducentes" y no lograron la liberación de ningún disidente.