La Unión Europea (UE) eludió ayer ofrecer su ayuda a la nueva Administración estadounidense para el cierre del presidio de Guantánamo debido a las divergencias entre los Veintisiete sobre la eventual acogida en territorio europeo de los prisioneros allí cautivos. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores europeo concluyó, tras un largo debate, que existen una serie de "cuestiones políticas, legales y de seguridad que requieren un estudio más profundo" y que antes de tomar cualquier decisión debe producirse una petición oficial de EEUU en ese sentido.

La predisposición de algunos países europeos a acoger a esos prisioneros provoca la alarma en muchos otros estados miembros, debido a la libre circulación de ciudadanos que existe en el interior de la mayor parte del territorio de la UE.

"Nadie está muy entusiasmado con la idea de recibir a algunos detenidos", reconoció públicamente el ministro checo de Exteriores, Karel Schwarenberg, tras presidir la reunión. "Incluso si no están acusados de ningún delito, después de siete años presos pueden haberse convertido en peligrosos", comentaron fuentes diplomáticas. "Es un problema creado por EEUU y le corresponde a Washington solucionarlo", coincidieron todos.

ACTUACION COORDINADA Los Veintisiete consensuaron que será necesario un "enfoque europeo" y una "actuación coordinada" para abordar esa cuestión, aunque la decisión de aceptar o no prisioneros recaerá exclusivamente de cada Estado. La presidencia checa de la UE anunció que los ministros de Justicia e Interior europeos analizarán en su próxima reunión las distintas implicaciones de esta cuestión y la Comisión Europea elaborará también unas recomendaciones.

"La UE da la bienvenida a la decisión del presidente Barack Obama de cerrar Guantánamo", símbolo de los excesos antiterroristas de la Administración de George Bush, señaló Schwarzenberg. Sin embargo, la cuestión de la acogida de presos en la UE es "muy delicada, muy sensible" y "no puede tener una respuesta rápida", añadió, tras subrayar que EEUU aún no ha realizado ninguna petición oficial.

España, Portugal, Francia, Italia y Finlandia han mostrado una predisposición a estudiar "caso por caso" la acogida en su territorio de alguno de los detenidos. Gran Bretaña, por su parte, considera que ya ha hecho una contribución suficiente al haber acogido a una docena de exprisioneros de Guantánamo.

ALEMANIA, DIVIDIDA El Gobierno alemán está dividido sobre la cuestión. El ministro del Interior, el conservador Wolfgang Schäuble, está absolutamente en contra, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, el socialista Frank-Walter Steinmeier, se muestra favorable. Holanda y Austria descartaron claramente la posibilidad de acoger a esos presos en su territorio y Polonia destacó que "no había ninguna prisa" para tomar una decisión.

Incluso España, que se muestra abierta a la posibilidad de acoger a los presos para ayudar a EEUU, insistió en que "hay que esperar a que haya una petición estadounidense" y subrayó "las enormes complejidades jurídicas" del tema. "Si Obama se ha tomado un año para cerrar Guantánamo, no vayamos nosotros más deprisa", declaró el secretario de Estado de Relaciones con la UE, Diego López Garrido.

El Consejo, por otra parte, acordó excluir de la lista antiterrorista europea a los Muyahidines del Pueblo, la principal organización opositora de Irán, en aplicación de las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE que declararon inválida su inclusión porque no se había justificado, ni se había permitido al grupo presentar alegaciones en su defensa. Los Muyahidines iranís han negado siempre ser una organización terrorista. La presidencia checa no descartó volver a incluir al grupo en la lista si aparecían pruebas.