Los líderes de los Veintisiete alcanzaron en la madrugada de ayer un acuerdo para reformar el tratado y las instituciones de la UE, que permitirá superar la crisis política desencadenada hace dos años con el rechazo del proyecto de Constitución europea en Francia y Holanda. El compromiso se logró a las 4.30 de la mañana, y solo después de realizar importantes concesiones a Polonia y al Reino Unido, que han diluido parte del alcance de la reforma prevista.

El acuerdo reactiva el proceso de integración europea tras dos años de parálisis y reabre la puerta a la adhesión de nuevos países en la UE. El nuevo tratado dotará a Europa de un mayor liderazgo y actuación internacional. Pero, las concesiones a Polonia en el sistema de voto no facilitarán la agilización de la toma de decisiones en una UE de 27 o más miembros.

Los líderes pactaron un mandato detallado y cerrado para que una Conferencia Intergubernamental elabore a partir del 23 de julio otro tratado de reforma de la UE, que incorpore la esencia del proyecto constitucional. Portugal, que asumirá la presidencia de la UE el 1 de julio, anunció que intentará que el nuevo tratado sea adoptado en la cumbre que se celebrará en Lisboa el 18 y 19 de octubre, para que pueda ser ratificado después por los estados durante el 2008 y entre en vigor en el 2009.

CONCESIONES Para satisfacer a Polonia, que mantuvo bloqueada la cumbre europea dos días, la mayoría de países europeístas aceptaron retrasar el pleno funcionamiento del nuevo sistema de voto por doble mayoría de estados y población hasta el 1 de abril del 2017.

El presidente polaco, el ultraconservador Lech Kaczynski, obtuvo además mayores facilidades para bloquear las decisiones legislativas europeas y una garantía de solidaridad en el suministro energético. También logró introducir una declaración sobre la Carta de Derechos Fundamentales para reafirmar su derecho a legislar en "la moral pública, la moral humana y el derecho de familia".

El saliente primer ministro británico, Tony Blair, impuso a sus socios la eliminación del nombre de ministro para el responsable de la política exterior europea, aunque al final aceptó que se mantuvieran los poderes y los medios previstos para reforzar el cargo que ahora desempeña Javier Solana.

El formato de tratado simplificado permitirá a Francia ratificarlo por vía parlamentaria. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, logró además suprimir la promoción de la libre competencia de los objetivos de la UE como un gesto a los votantes del no, aunque no afectará la regulación europea ese tema.

Ante las críticas por las concesiones a los euroescépticos, la cancillera alemana y presidenta semestral de la UE, Angela Merkel, dijo que "lo que cuenta es que salimos de la parálisis".