Ante la inestabilidad en la zona serbia de Kosovo, la UE acordó ayer pedir a la ONU que mantenga su actual misión de control de la frontera entre Kosovo y Serbia, en lugar de transferirla como estaba previsto a la misión europea de tutela del nuevo microestado balcánico.

La UE también retrasará como mínimo hasta principios de mayo el inicio del despliegue de los expertos policiales y judiciales europeos en la zona norte de Kosovo, poblada por los serbios. La situación de Kosovo y sus crecientes repercusiones internacionales centró los debates del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Bruselas.

La sustitución de la misión de las Naciones Unidas de tutela de Kosovo por parte de la UE "llevará un tiempo más largo" del previsto, porque las transformaciones en el nuevo Estado "exigen mucho esfuerzo", explicó la presidencia eslovena de la UE. Por ello, los Veintisiete pedirán a la ONU que "siga responsabilizándose del mantenimiento del orden en la frontera entre Kosovo y Serbia y del control de los pasos fronterizos", dijo Dimitrij Rupel, ministro esloveno de Exteriores.

REPERCUSION EN GEORGIA La independencia de Kosovo, que solo ha sido reconocida por una veintena de estados en todo el mundo, ha comenzado ya a generar repercusiones en otras zonas conflictivas. Los Veintisiete expresaron ayer su "preocupación" por la aparente tentación de Rusia de reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, la dos regiones separatistas de Georgia que se apoyan en el precedente kosovar para pedir un reconocimiento de la comunidad internacional.