La Comisión Europea (CE) estudia los retos de extender el registro antiterrorista de pasajeros aéreos a trenes, autobuses y embarcaciones, como quieren llevar a cabo Bélgica y los países de su entorno tras los últimos atentados, informaron fuentes del Ejecutivo comunitario. El debate está a flor de piel después que el autor del atentado en un mercado navideño en Berlín, Anis Amri, pasara en su huida tras el atentado en ferrocarril y autobús por Holanda, Bélgica y Francia hasta ser abatido en Italia.

El registro de pasajeros aéreos (PNR), nacido en EEUU y la Unión Europea (UE) tras los atentados del 11 de septiembre del 2011, obliga a las compañías de aviación a compartir datos personales del pasaje con la policía en el marco de la lucha antiterrorista. Entre otros fines, el PNR es útil para identificar a los llamados combatientes extranjeros y los ciudadanos europeos que viajan a países como Siria para radicalizarse y preparar atentados en territorio comunitario.

Bélgica y Holanda están en negociaciones con Alemania y Francia para ampliar el sistema PNR al transporte internacional por carretera, ferrocarril y mar. Si se aprueba, la ley obligará a las empresas de transporte aéreo, marítimo o terrestre a que comuniquen los datos de sus pasajeros, que se recopilarían en una base de datos gestionada por el Ministerio del Interior belga y podrían ser analizados por la Policía, los servicios de Inteligencia y los oficiales de Aduanas.

La Comisión Europea, explicaron fuentes del Ejecutivo comunitario, aplaude el "compromiso de las autoridades belgas con la seguridad común". Aunque la directiva del PNR solo afecta al conjunto de la UE en cuanto al transporte aéreo, está previsto que los Estados miembros individualmente puedan extenderla a otros medios, si bien deben atenerse a la legislación comunitaria, que prevé algunas garantías de protección de datos y no discriminación en la directiva.

De hecho el almacenamiento masivo de datos de pasajeros contó en su día con la reticencia de buena parte de grupos parlamentarios del Parlamento Europeo, aunque la Eurocámara retiró algunas de sus reticencias tras los atentados de París de noviembre de 2015, con más de 130 muertos y 300 heridos.

DIFICULTADES QUE SALVAR

La extensión del PNR a transporte terrestre y marítimo impone sin embargo "algunos retos", según la CE. "De especial preocupación es el impacto de los controles de conformidad, por problemas como que el nombre del pasajero en el billete no coincida exactamente con el del nombre en la identificación", añadieron. En medios de transporte como trenes se podría poner en peligro las frecuencias por los controles y las colas, procedimientos que al implicar la agrupación de un gran número de personas podría convertirse en un objetivo también para los terroristas, reflexionan. Asimismo, dado que en los trenes los pasajeros pueden subir y bajar en distintas estaciones, es complicado gestionar si podrían llevarse a cabo los controles dentro del tren.

Bélgica, que sufrió su peor atentado el pasado 22 de marzo, con un doble ataque que dejó 32 muertos y decenas de heridos, es el país que tiene más adelantado -ya en tramitación parlamentaria- la extensión del PNR a todo tipo de transporte.