La UE puso ayer en marcha, con una cumbre en Praga, la denominada Asociación Oriental en la que participan seis exrepúblicas soviéticas fuentes potenciales de conflictos: Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. El encuentro, convocado por la presidencia checa de la UE, quiso mostrar a estos países que la Unión tiene un interés crucial en esa región, la más próxima a sus fronteras, junto a los Balcanes.

De los principales países de la UE, solo Alemania estuvo representada por su jefa de Gobierno, Angela Merkel. El Reino Unido, Francia, Italia y España enviaron a sus ministros de Exteriores. "Al igual que cooperamos con los países del Mediterráneo, también es necesario desarrollar una cooperación con el Este", afirmó Merkel. La Asociación Oriental, que suscita reparos en Moscú, se aprobó en marzo por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y tendrá 600 millones de euros en el 2013.