Si no hay ningún obstáculo de última hora, Grecia obtendrá hoy vía libre del consejo de gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -formado por los ministros de finanzas de la zona euro- para empezar a negociar las condiciones de un tercer rescate. Tras una semana de intensas negociaciones, el camino empieza así a despejarse y prueba de ello es ese principio de acuerdo sobre el crédito puente de 7.000 millones que el Gobierno griego necesita para pagar el lunes sus deudas. La perspectiva del desembolso llevó ayer al Banco Central Europeo (BCE) a aflojar la presión y a elevar la línea de liquidez de emergencia a los bancos helenos.

«Tenemos un principio de acuerdo sobre un crédito puente basado en el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSM)», anunciaba el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Domvrovskis. El dinero, que Grecia necesita para pagar el 20 de julio al BCE y los atrasos al FMI, saldrá de un instrumento financiero de los 28 estados miembros, por lo que el visto bueno del Eurogrupo no basta. El procedimiento escrito para aprobarlo ya se ha lanzado y concluirá este mediodía. Países como el Reino Unido, Suecia o Dinamarca se han resistido pero fuentes europeas confían en que levantarán sus reticencias gracias a la garantía de que en caso de pérdidas estarán avaladas por los beneficios del programa de compra de bonos griegos del BCE.

Los ajustes aprobados

Este principio de acuerdo se hacía público apenas unas horas después de que el Parlamento griego aprobara el draconiano programa de ajustes diseñado por la troika para Grecia. Un paso que el Eurogrupo, tras una nueva teleconferencia de ministros celebrada ayer, valoraba positivamente. «Las autoridades han implementado el primer paquete de cuatro medidas a tiempo y, en general, de forma satisfactoria (…) Hemos decidido conceder en principio un apoyo del MEDE de tres años, sujeto a completar los procedimientos nacionales relevantes», anunciaba urgiendo a Atenas a aprobar el nuevo paquete de reformas previsto para el 22 de julio. Si no hay cambios de última hora, el MEDE dará esta tarde luz verde, lo que significa que la troika podrá empezar a negociar el nuevo rescate al que la Eurozona aportará, según precisó ayer el director del MEDE, Klaus Regling, unos 50.000 millones.

Estos anuncios sirvieron ayer al BCE para aflojar la presión y dar de nuevo oxígeno a una Grecia completamente asfixiada. «Las cosas han cambiado. Tenemos algunas noticias como la aprobación del crédito puente y el voto en algunos parlamentos, empezando por el griego, que han restaurado las condiciones para elevar la ELA», justificó el presidente de la entidad, Mario Draghi, sobre las razones del aumento de la línea de liquidez de emergencia que se mantenía congelada en 89.000 millones desde el pasado 28 de julio. El dirigente italian o también aseguró que la información de la que disponen apunta a que Grecia pagará el lunes tanto el BCE como al FMI.

En total, los bancos griegos recibirán esta semana 900 millones más, lo que permitirá a los cajeros seguir dando dinero. La medida es el primer paso para que Grecia empiece a recuperar la normalidad y que las autoridades puedan levantar el corralito decretado antes del referéndum para evitar la estampida de los depósitos. «La idea es avanzar lo más rápido posible pero con cautela», explicó Draghi, al tiempo que recordaba que la responsabilidad de imponer o levantar los controles de capitales recae en las autoridades griegas. Draghi, que subrayó que Grecia necesitará un alivio de la deuda y que el Grexit no entra entre sus escenarios, también aprovechó su comparecencia para responder a aquellos que tachan de insuficiente el apoyo dado por el BCE a Grecia. «La ELA ha aumentando de 0 a 90.000 millones y ahora la exposición del Eurosistema a Grecia es de 130.000 lo que significa es el depositante más importante de Grecia. Los depósitos totales que hay en Grecia suman 120.000 millones. Encuentro estas observaciones de que no había suficiente liquidez o de que el corralito ha sido causado por el BCE bastante infundadas», zanjó.