Los albaneses y bosnios quedarán exentos de la obligación de obtener un visado para entrar en la Unión Europea (UE) para visitas de hasta tres meses a partir de mediados de diciembre, tras la decisión que ha adoptado hoy el Consejo de Ministros de Justicia e Interior europeo, pese a las reservas que despierta ese gesto diplomático hacia Albania y Bosnia.

Francia, Alemania, Holanda y Dinamarca han obligado como contrapartida a la Comisión Europea a establecer un sistema de supervisión de las reformas policiales y administrativas de ambos países y a dejar abierta la posibilidad de revisar esa supresión de visados si produce efectos negativos en el interior de la UE. La posibilidad de restablecer los visados se podrá aplicar también a Serbia y Macedonia, han asegurado fuentes diplomáticas de esos países.

Alemania destacó que la supresión precedente de los visados a los serbios y macedonios ha provocado una multiplicación por cuatro de las demandas injustificadas de asilo en su territorio, con la carga económica y social que eso ha comportado.

Fuentes diplomáticas han acusado a la Comisión Europea de "ir demasiado deprisa" al forzar la supresión de los visados para Albania y Bosnia, minimizando el hecho de la debilidad de la Administración pública de ambos países, del enorme poder del crimen organizado y del elevado nivel de corrupción existente.

"Los puntos negros detectados por los expertos fueron suprimidos del informe de evaluación de la situación elaborado por la Comisión Europea, que pretende hacer regalos diplomáticos sin medir las consecuencias para los 27 países de la UE", han precisado las citadas fuentes diplomáticas.