Llevan ya muchos meses en la primera plana de la actualidad estadounidense, exhibieron su poderío durante la reforma sanitaria y quieren posicionarse en el debate sobre la polémica ley de inmigración en Arizona. Ahora, los ultraconservadores del movimiento Tea Party han demostrado su fuerza electoral con su primera gran victoria en las urnas en las primarias celebradas el martes en varios estados para elegir a los candidatos que competirán en las legislativas previstas para noviembre.

Los resultados electorales en Kentucky, Pensilvania y Arkansas son un toque de atención para el establishment en Washington, y ponen en evidencia problemas para republicanos como y demócratas. Los primeros ven cómo el Tea Party gana posiciones dentro del partido, lo que podría restar votos a sus candidatos entre los votantes de centro dentro de seis meses. Los segundos se enfrentan a una lucha entre moderados y progresistas.

"DE OTRA MANERA" "Esto es un mensaje a Washington. No estamos contentos y queremos que las cosas se hagan de otra manera". Con estas palabras celebró Rand Paul su victoria en las primarias en Kentucky. Hijo del senador Ron Paul, se impuso el martes a Trey Grayson, el elegido del líder republicano en el Senado, Mitch McConnell.

No fue la única derrota. El veterano senador Alan Specter, con más de 30 años de experiencia en el Capitolio y que había recibido el apoyo de Barack Obama tras dejar las filas republicanas el año pasado, fue castigado en las urnas en las primarias demócratas de Pensilvania, donde se impuso Joe Sestak.

También se celebraron elecciones en Arkansas, donde la senadora demócrata Blanche Lincoln, que en las últimas semanas también había recibido el apoyo de Obama, tendrá que enfrentarse en junio a una segunda vuelta contra el vicegobernador Bill Halter, después de que ninguno obtuviera el 50% de los votos.