"Hoy ha dejado de ser vergonzoso confesarse partidario del Blok", destaca con alarma el editorial del diario La Libre Belgique , tras publicar que los ultras flamencos del Vlaams Blok (Bloque Flamenco) se han convertido, por primera vez en la historia, en la fuerza política mayoritaria de Flandes. Es el partido preferido por los habitantes de la mitad más próspera, más poblada y más dinámica de Bélgica.

La pesadilla de los demócratas belgas se ha convertido en realidad, según el sondeo publicado ayer por los periódicos La Libre Belgique y Het Laastste Nieuws, y las cadenas de televisión RTL- TVI y VTM. El 24,3% de los ciudadanos flamencos votarían hoy por el Vlaams Blok, y el 44% considera que ya debería formar parte del actual Gobierno regional flamenco.

El partido xenófobo superaría por una décima a los democristianos flamencos (24,2%) y obtendría cuatro puntos más que el Partido Liberal del primer ministro federal, Guy Verhofstadt. El auge ultra en Flandes contrasta con la limitada acogida que reciben los partidos extremistas en la francófona Valonia o en la región de Bruselas.

La política del miedo

El Vlaams Blok, presidido por Frank Vanhecke, basa su popularidad en un discurso centrado en el rechazo al inmigrante extranjero --que gana presencia en la periferia de las ciudades flamencas-- y en la denostación de los habitantes de la empobrecida Valonia, a los que presentan como unos aprovechados de la pujanza de la laboriosa Flandes. A sus planteamientos xenófobos se le suma, además, una ideología independentista que encuentra un terreno abonado para florecer en los medios nacionalistas flamencos, que durante la segunda guerra mundial no vacilaron en aliarse con la ocupación nazi.

El Vlaams Blok ya fue la segunda fuerza más votada en las elecciones regionales belgas celebradas el pasado 13 de junio, pero los democristianos optaron por formar un Gobierno de coalición con socialistas y liberales. El cordón sanitario que hasta ahora ha mantenido al Vlaams Blok fuera de las responsabilidades gubernamentales ya solamente es apoyado por el 40% de la población flamenca. El 44% está a favor de que participen en el Gobierno regional, mientras que a otro 16% le es indiferente.

Respetabilidad

La extrema derecha flamenca ha adquirido un barniz de respetabilidad y de normalidad gracias a la actitud de los partidos tradicionales, que tratan y frecuentan a los dirigentes y diputados del Vlaams Blok como políticos normales y asumen parte de sus planteamientos en sus programas políticos con la esperanza de recuperar a los votantes perdidos.

Los resultados del sondeo acentuarán aún más la presión política hacia una mayor federalización y fragilización de Bélgica.