Pese a que atiende amablemente la llamada, Pilar tiene muy pocas ganas de hablar. "Estamos todos bien, pero ha sido un susto muy gordo", dice esta turista cordobesa desde el hotel de Ziguinchor donde ayer descansaban los 14 españoles asaltados el martes en la región de Casamance (sur de Senegal).

Era el segundo día de ruta y los viajeros, venidos de toda España, tenían ganas de aventura, pero no de este tipo. Los bandidos les esperaban en mitad de la carretera y en pleno día. "Tenían pinta de guerrilleros. Obligaron al conductor a sacar el autobús de la carretera y nos hicieron bajar. Se oyeron tiros, y nos echamos todos al suelo", relata Pilar. Así, en el asfalto, pasaron "al menos una hora de mucho miedo", aunque supieron afrontar el trance con entereza: "Por suerte, todos reaccionamos muy bien y nadie metió la pata".

Los asaltantes se llevaron cuanto había de valor en los equipajes, pero eso no fue lo peor. "Obligaron a parar a varios coches, y a un hombre lo mataron a dos metros de nosotros, sin más. Ni les provocó ni nada", narra Pilar con un nudo en la garganta. Al parecer, le tomaron por un militar.

Pilar quería "unas vacaciones alternativas". Y con sus playas idílicas y sus exuberantes bosques tropicales, Casamance lo tiene todo para ello. Cada vez más europeos visitan su capital, Ziguinchor, y la pujante zona turística del cabo Skirring. Sin embargo, la propia web de Exteriores, como recordaba ayer el ministro Moratinos, avisa del riesgo en amplias zonas de la región, y recomienda desplazarse en avión o en barco.

Para llegar por carretera desde Dakar, como hicieron los turistas, hay que armarse de paciencia y precaución, cruzar el río Gambia en un ferri atestado y superar interminables trabas en las fronteras gambianas. Sin embargo, el aviso de Exteriores no es por eso ni por el pésimo estado del asfalto, sino por seguridad. De la revuelta independentista en Casamance ya solo queda algún rescoldo tras el alto el fuego del 2004. Pero hay que ir con cuidado con las minas y con algunos grupos --cada vez más raros-- de guerrilleros reconvertidos en bandidos. Más que probablemente, uno de ellos asaltó el autobús.

El cónsul general en Dakar, Ernesto de Zulueta, viajó ayer a Ziguinchor para asistir a los turistas y organizar el regreso de los tres que han decidido poner fin a sus vacaciones, entre ellos Pilar: "Mañana hoy para el lector me voy. Hoy no hay vuelo, y por carretera no me apetece, la verdad". Los demás seguirán su ruta, hasta el 1 de agosto. Pero a ella le pueden las ganas de dejar atrás lo vivido.