Los ministros de Gran Bretaña, Alemania, Finlandia, Francia, Eslovenia y Portugal, junto con el comisario europeo de Justicia e Interior, Franco Frattini, acordaron ayer en Londres un aumento de las medidas de seguridad en los aeropuertos europeos y la investigación y control de explosivos líquidos, tras la desarticulación la semana pasada de una trama terrorista que pretendía atentar con explosivos líquidos contra diez aviones.

En la reunión se acordó también la aplicación lo antes posible de los planes para un mayor control por parte de Europol de armas y del material usado en la fabricación de esos explosivos. Además, se negoció destinar 350.000 euros a la investigación de métodos que permitan detectar los explosivos líquidos. Entre las medidas estudiadas, Frattini afirmó que en los próximos días presentará un plan para mejorar la seguridad en los aeropuertos. Para ello, se plantean nuevos métodos, como la identificación biométrica y el poner en marcha registros selectivos que se ajusten mejor a los posibles perfiles de los terroristas.

Además, los ministros consideraron que es importante que aumente, entre las autoridades, el intercambio de datos sobre los viajeros que vuelen, no solo a Estados Unidos, como se hace ahora, sino también entre países de la Unión Europea.

Otro de los puntos estudiados fue la necesidad de combatir "de manera conjunta y preventiva" la radicalización de los jóvenes, para lo que se planteó la colaboración con imanes y miembros de la comunidad musulmana en territorio europeo.

PROBLEMA DE TODOS El ministro de Interior británico, John Reid, lanzó un mensaje al conjunto de la UE: "La amenaza terrorista necesita una respuesta común por parte de Europa". Reid añadió que el problema "es algo que afecta a todos y la presencia de mis colegas aquí simboliza que estamos unidos en contra de esta amenaza".