Juan Manuel Santos quería tener ayer una fiesta a la altura de su linaje. Pero su toma de posesión como nuevo presidente de Colombia se vio eclipsada. Su desde ayer antecesor, Alvaro Uribe, dedicó las últimas horas de su mandato a robarle protagonismo, al crispar aún más la pé- sima relación y disputa personal que mantiene con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

En medio de las intensas gestiones regionales para reducir la tensión entre Bogotá y Caracas, y mientras se ultimaban los detalles de la ceremonia de traspaso de mando, el abogado de Uribe, Jaime Granados, presentó una denuncia contra el presidente venezolano ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) por la supuesta comisión de delitos de lesa humanidad. También elevó una demanda contra el Estado venezolano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Desde el momento que Granados apareció ante las cámaras para fundamentar su escrito, las miradas de muchos colombianos estaban en Caracas. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de la Unión Sudamericana de Naciones, Néstor Kirchner, lograban convencer a Chávez para que enviase una señal a Santos. El bolivariano hizo viajar a su canciller, Nicolás Maduro, a la toma de posesión. Lo hizo junto al presidente de Ecuador, Rafael Correa. "Esperemos algo bueno", dijo María Angela Holguín, ministra de Exteriores colombiana.

COMPLICACION INESPERADA Santos, quien ha expresado su interés en recomponer los vínculos bilaterales, se encuentra con una complicación inesperada. Sobre la ofensiva de Uribe hay interpretaciones encontradas: unos hablan de deterioro en las relaciones entre Santos y su mentor, y otros, de cuestiones de orden psicológico. En todo caso, se espera que la hostilidad entre los vecinos se reduzca apenas empiece la nueva presidencia.

Pero Uribe está decidido a dejar su huella. Y por eso, también la víspera de su adiós, anunció que "en pocas horas volverán las buenas noticias para que esta patria derrote el secuestro, la criminalidad y el terrorismo". De inmediato circularon rumores sobre la captura o baja de un importante miembro de las FARC.

MANDATO FAMILIAR Santos lleva años preparándose para alcanzar la presidencia y cumplir con lo que ya parece una tradición familiar. Su tío abuelo Eduardo Santos Montejo ocupó también la jefatura del Estado. Su primo, Francisco Santos, es el vicepresidente saliente.

Graduado en Economía por la Universidad de Harvard, experiodista y exministro, Santos llega a la Casa Nariño con un alto grado de aceptación. Uribe se va también con una popularidad inmune a los escándalos. En su despedida ha intentado impulsar un proyecto para que la Fiscalía la controle el Ejecutivo. Lo hizo mientras avanzan las investigaciones que involucran a miembros de su círculo íntimo.