El presidente colombiano, Alvaro Uribe, centró ayer su discurso ante la Asamblea de la ONU en el intercambio de rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por rebeldes presos, y aseguró que, en su país, no hay paramilitares, sino solo "guerrillas y narcotraficantes". "El término paramilitar se acuñó para denominar a organizaciones privadas criminales cuyo fin era combatir a la guerrilla. Hoy, el único que combate a la guerrilla es el Estado", dijo.

Uribe insistió en que el acuerdo con la guerrilla tiene dos condiciones inamovibles: no quiere zonas desmilitarizadas ni guerrilleros que vuelvan a las filas de las FARC cuando salgan de la cárcel. Estos, subrayó, no son insurgentes que luchan contra la opresión, sino "terroristas contra la libertad".

"Estamos dispuestos a un acuerdo humanitario, pero no podemos permitir zonas de despeje ni que quienes salgan de la cárcel regresen al delito", dijo el mandatario colombiano. Y continuó: "hemos liberado a 177 integrantes de las FARC, además de a Rodrigo Granda, a petición del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Y la única respuesta de los terroristas ha sido el asesinato de 11 diputados y dos candidatos a alcaldías municipales".

Uribe se entrevistó con Sarkozy para fijar un calendario de reuniones bilaterales. Además, el Alto Comisionado para la Paz de su Gobierno, Luis Carlos Restrepo, anunció ayer que está dispuesto a reunirse en Caracas con las FARC tras el encuentro que los emisarios de la guerrilla tendrán el 8 de octubre con el presidente venezolano, Hugo Chávez, sobre el intercambio de rehenes de las FARC por rebeldes.