El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, pidió hoy, al inaugurar la XXXVIII asamblea de la OEA, que los países americanos consideren terroristas a los grupos rebeldes y no le concedan el estatus de beligerancia.

Uribe declaró ante los delegados de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA), que los movimientos insurgentes, entre los que citó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no merecen el estatus de beligerancia que reclaman algunos países. "Colombia ha enfrentado el desafío más grande con el terrorismo más rico, por el narcotráfico. Hemos avanzado muchísimo, pero reconocemos que aún falta" para la paz total, expresó.

Reiteró que considera terroristas a las guerrillas porque se financian con el narcotráfico y no tienen en cuenta el derecho internacional humanitario, y agregó que el obstáculo para negociar con las guerrillas es "su apego al dinero del narcotráfico".

Subrayó que "en Colombia no hay grupos violentos luchando contra una dictadura sino maltratando la democracia". "Pedimos a los países hermanos que consideren que en una democracia como la colombiana no procede reconocer estatus de beligerancia a grupos terroristas financiados por el narcotráfico", dijo.

El mandatario agradeció la presencia en la cita de la canciller de Ecuador,María Isabel Salvador, pese a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países, decidida por la nación vecina en marzo pasado. Ecuador rompió las relaciones después de que tropas colombianas bombardearan un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano, incursión en la que murieron 26 personas, entre ellas el segundo al mando de esa guerrilla, "Raúl Reyes".

"No hemos tenido inconveniente para pedir perdón (...) Lo único que pedimos es que nos ayuden a vivir como ustedes viven. A veces sentimos envidia de la buena al ver que sus países no tienen el problema del terrorismo", dijo Uribe.

Manifestó también que el país está luchando contra los paramilitares, que utilizaron la masacre como forma de justicia. Uribe explicó que cuando comenzó su primer mandato de cuatro años, en 2002, "encontramos (...) 60.000 terroristas. Se han reinsertado 48.000, dijo y precisó que 12.000 eran guerrilleros y el resto paramilitares. "Las cifras dan una dimensión del problema que estamos superando", añadió Uribe, tras subrayar que en otros países, como los de Centroamérica, los rebeldes no llegaron a pasar de 5.000.

El mandatario destacó el descenso en la cifra de asesinatos de sindicalistas y la disminución de los secuestros y pidió un "apoyo efectivo" de los demás países contra el narcotráfico "que financia el terrorismo y es una amenaza para los países hermanos".

El jefe del Estado colombiano, cuyo gobierno es calificado como el primer aliado de Estados Unidos en Latinoamérica, calificó como obsoleto hablar de gobiernos de izquierda y de derecha. "Respetemos la diversidad. Evitemos las polarizaciones", puntualizó Uribe, quien pidió un "gran compromiso" para que los procesos de integración no debiliten a la OEA, sino que "contribuyan a fortalecer sus principios".

Por otro lado, el presidente colombiano agradeció la elección de Medellín como sede de la asamblea. "Colombia es un país profundamente vinculado a la OEA desde su nacimiento", dijo Uribe y recordó que el ex presidente colombiano Alberto Lleras Camargo fue el primer secretario general de la entidad, que más tarde dirigió el también ex mandatario César Gaviria (1990-94).

Uribe señaló que la ciudad recibió "con dolor" a los asistentes a la asamblea, debido a los derrumbes causados por las lluvias en barrios populares, que causaron casi una veintena de muertos y centenares de damnificados. Pero subrayó que llegan "a una ciudad en recuperación", tras pasar por años de violencia, causada "por ese enemigo de la humanidad que es el narcotráfico y por los grupos terroristas de guerrilla y paramilitares".