Un inesperado puñetazo en la mesa del presidente colombiano, Alvaro Uribe, acabó con la mediación de su homólogo venezolano, Hugo Chávez, para la liberación de los rehenes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Un contacto no autorizado de Chávez con el comandante del Ejército colombiano colmó la paciencia de Uribe, cuya decisión, pese a los esfuerzos de Francia, es "irreversible", y sumió en la decepción a las familias de los rehenes. Caracas reaccionó con prudencia, y Chávez esta vez no abrió la boca.

El líder venezolano desatendió la petición de Uribe de que no estableciera contactos directos con los altos mandos militares colombianos al comunicarse con el general Mario Montoya. Ello fue más que suficiente para que el presidente colombiano, que en todo momento ha sido reacio a la intervención de Chávez, cortara por lo sano con un comunicado que da por "terminada" la mediación del presidente de Venezuela y de la senadora colombiana Piedad Córdoba y les "agradece" su ayuda. Fuentes de la presidencia de Colombia revelaron, además, que Chávez y Córdoba habían mantenido otros contactos no previstos con otras autoridades.

El propio Uribe, sin citar al líder venezolano, declaró ayer que no estaba dispuesto a que "los esfuerzos por la paz" puedan "poner en peligro la seguridad democrática", que será "la que traerá finalmente la paz".

DESOLACION La consternación se adueñó de las familias de los rehenes. "Confiábamos en las gestiones de Chávez y Córdoba, porque es la única alternativa", dijo Astrid Betancourt, hermana de la excandidata a la presidencia de Colombia Ingrid Betancourt, cautiva desde el 2002.

Francia sumó su influyente voz a estas peticiones, mediante un mensaje del presidente Sarkozy en el que pide a Uribe que "mantenga el diálogo" con Chávez. El líder venezolano, que inició su mediación en agosto, había recibido el martes en París el aval del Elíseo --muy implicado por la condición de ciudadana francocolombiana de Ingrid Betancourt-- a sus gestiones para intercambiar rehenes por guerrilleros presos.

La respuesta desde Bogotá fue concluyente. El principal asesor de Uribe, José Obdulio Gaviria, calificó la decisión de "irreversible" y precisó que Sarkozy "debe conocer los elementos" que la han provocado que, a su juicio, "le van a sorprender".

Mientras, un prudente Chávez no se había pronunciado anoche. Tras largas horas de silencio, una nota del Ministerio de Exteriores informó de que Caracas "acepta la decisión soberana" del Gobierno colombiano, aunque la califica de "lamentable" y manifiesta su "frustración" por el fin de un proceso que ya había logrado "grandes avances".