La actual crisis entre el Reino Unido e Irán tiene un rostro: el de Faye Turney. La única chica en el grupo de militares apresados está recibiendo, por ser mujer y sobre todo madre, atenciones especiales, tanto de los captores como de la prensa británica. Con el pelo rubio cubierto por un velo islámico negro, fue la elegida para ser mostrada en televisión el miércoles y "admitir", visiblemente afectada, haber entrado en aguas iranís.

En la carta dirigida a su familia, difundida por las autoridades de Teherán, Turney habla de su hija Molly y promete llevarle "un regalo de la gente de Irán" para su cumpleaños. Molly, utilizada con torpeza en la misiva propagandística, tiene 3 años y, aunque no hay fotos recientes suyas, es en estos momentos la niña más famosa del Reino Unido.

"Echo de menos verla crecer cada día", dijo su madre pocas horas antes de la detención a los reporteros que estaban a bordo de la fragata HMS Cornwall en el golfo Pérsico.

La existencia de la niña ha transformado el papel de Turney en la crisis, mereciendo titulares en la prensa británica como La madre cautiva retenida por Teherán o La madre heroica , de resonancias novelescas. "¿Por qué una madre quiere un trabajo que implica estar apartada de su hija durante meses?", se preguntaba ayer el Daily Telegraph, donde un colega anónimo de Turney calificaba de "barbaridad" el hecho de que "Gran Bretaña pueda haberse arriesgado a mandar a la madre de una niña de tres años al frente". Su misión en la fragata debía durar seis meses.