Bajo llave. El fiscal de Bari Pino Scelsi ha encerrado en una caja fuerte el vídeo y las cinco o seis casetes que supuestamente demuestran la presencia de prostitutas en algunas fiestas del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Las grabaciones y las imágenes de videoteléfono fueron realizadas por Patrizia D´Addario, de 42 años, quien ha admitido su participación en los hechos, como también otras cuatro mujeres. La oposición ha pedido que el primer ministro comparezca ante el Parlamento para "asegurar que no puede ser chantajeado", dado que de él dependen los servicios secretos, las Fuerzas Armadas y el acceso a secretos de estado.

Estas informaciones, recogidas por toda la prensa italiana, son "basura", ha respondido Berlusconi, cuya mayoría conservadora sostiene que la ofensiva terminará este lunes, con la segunda vuelta de las elecciones municipales. O quizá se prolongue hasta la cumbre del G-8 (8 y 9 de julio), añaden otros.

Nicolò Ghedini, parlamentario y abogado de Berlusconi, salió al paso de las acusaciones explicando que, de ser ciertas, su cliente sería solo el "usuario final" y por lo tanto "no perseguible judicialmente". Esta discutible línea de defensa le ha echado encima a los colectivos de mujeres, por lo que ayer rectificó, diciendo que se refería solo "al punto de vista legal".

Según la prensa, las mujeres han explicado cómo llegaban al aeropuerto de Roma, donde les esperaba un chófer del presidente que les llevaba a un hotel. Se les recomendaba que "vistieran elegantes y con poco maquillaje", y eran recogidas "en coches con cristales oscuros" y llevadas al palacio Grazioli, domicilio privado de Berlusconi.

EL CASO TARANTINI La picante investigación se ha disparado a raíz de otra, sobre contratas supuestamente apañadas en el ámbito hospitalario en Bari por el empresario Giampaolo Tarantini. Algunas de las mujeres han declarado que fue Tarantini --ahora investigado también por inducción a la prostitución-- quien las encaminó hacia Roma.

El progresista Massimo D´Alema dijo el lunes que "Italia puede sufrir sacudidas, momentos de conflicto y dificultades imprevisibles". Al día siguiente se desveló la investigación, por lo que los conservadores le acusan de conocerla con anticipación y de manipular el torbellino político en el que se ha sumido Italia.

Sin embargo, la información de que "Berlusconi sale en el sumario de Bari" la había difundido días antes Raffaele Fitto, ministro de Asuntos Regionales e inspirador de una lista independiente para las municipales.

Ahora, D´Addario, protagonista de un calendario con sus gracias, revela que estuvo dos veces en la casa de Berlusconi y que la tarifa por sus servicios ascendía a 2.000 euros.