Pakistán se hunde en una espiral de violencia que no cesa y los ataques de la insurgencia islamista adquieren tintes cada vez más sofisticados. Ayer, varios comandos terroristas asaltaron una academia de policía en las afueras de Lahore, la segunda ciudad del país, y se atrincheraron durante ocho horas en el interior del edificio, hasta que unidades de élite del Ejército consiguieron recuperar el control. Según el ministro del Interior, Rehman Malik, 18 personas murieron: ocho policías, dos civiles y ocho terroristas. Hay también decenas de heridos. Tres asaltantes fueron detenidos.

Los terroristas, en grupos de tres o cuatro, se lanzaron al ataque de la escuela policial de Manawan, a primera hora de la mañana, desde cuatro lados distintos del edificio mientras los aspirantes a policías realizaban un ejercicio en el patio. Algunos de los terroristas que participaron en la acción iban disfrazados con uniformes policiales. Los atacantes lanzaron primero granadas y después abrieron fuego. "Hubo un tiroteo continuo durante 20 minutos", afirmó posteriormente un policía herido desde su cama en el hospital.

El espectacular ataque ocurrió un día después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, asegurara que Washington perseguirá a los líderes de Al Qaeda en Pakistán después de consultar con Islamabad. Obama descartó, sin embargo, el envío de tropas a este país asiático.

En el momento del asalto había dentro de la academia unos 750 cadetes. Según un portavoz del Ministerio del Interior, al menos 89 resultaron heridos como consecuencia del ataque.

Después de un cerco de ocho horas, en el que se produjeron intercambios de fuego esporádicos, fuerzas de élite del Ejército paquistaní lanzaron, cerca de las cuatro de la tarde, una operación para retomar el control del edificio, objetivo que solo lograron tras un intenso tiroteo que duró entre 10 y 15 minutos y al que los terroristas respondieron con granadas. Helicópteros militares sobrevolaron y dispararon también contra la academia. Al parecer, tres de los terroristas optaron por suicidarse. Los soldados liberaron al menos a 10 policías que fueron tomados como rehenes durante el asalto.

"Se trata de un ataque terrorista planificado y bien organizado. Esto demuestra hasta donde están dispuestos a llegar los enemigos de nuestro país", afirmó Malik. Según el ministro, "el ataque puede ser obra de grupos yihadistas paquistanís.

El ataque de ayer fue perpetrado cuando no hacía ni un mes de la emboscada contra el equipo de críquet de Sri Lanka, también en la ciudad de Lahore. La repetida actuación de la insurgencia islamista pone de manifiesto el fracaso del Gobierno paquistaní --en el poder desde hace un año-- a la hora de hacer frente al terrorismo.

Unas 1.700 personas han muerto en Pakistán en la ola de atentados, atribuidos principalmente a Al Qaeda y a los talibanes, desencadenada en el país desde julio del 2007, tras el asalto de la Mezquita Roja.