¿Por qué la actitud del Vaticano hacia la II República española pasó de la condescendencia hacia posiciones de abierta hostilidad? ¿Cuáles fueron los criterios para reconocer a Franco? ¿Cómo evolucionaron las relaciones entre la Iglesia y el general golpista? Desde ayer, los investigadores pueden hallar más respuestas a esas preguntas en los archivos secretos de la Santa Sede del pontificado de Pío XI, que abarca el periodo que va de febrero de 1922 a febrero de 1936.

La decisión de abrir los archivos, que pertenecen al Papa, se tomó hace dos años, pero ha sido necesario el trabajo de un equipo de expertos, durante 18 meses, para hacer posible la consulta de unos 30.000 documentos. Fueron años que los historiadores consideran decisivos porque, además de la contienda española, se produjo el auge del fascismo, la llegada al poder de Hitler y la II Guerra Mundial.

LOS JUDIOS Unos 60 investigadores pudieron consultar ayer los documentos desclasificados durante la primera jornada hábil de trabajo bajo la atenta mirada del responsable del archivo, Sergio Pagano. Este aseguró días atrás que el material almacenado incluye datos que "darán la vuelta" a "los juicios injustos" sobre la relación del Vaticano y los judíos. Crítico con los comunistas y con los nazis, aunque más con los primeros que con los segundos, Pío XI fue el Papa que firmó el Tratado de Letrán con el régimen de Mussolini, que conllevó la creación del Estado del Vaticano. Pero los historiadores no solo aguardan poder hacerse un juicio más objetivo sobre ese Pontífice, sino también sobre su secretario de Estado, Eugenio Pacelli, que en 1939 se convirtió en su sucesor como Pío XII.

Antes de ser secretario de Estado, Pacelli ejerció como embajador en Alemania. Su papel durante esos años ante las matanzas de judíos han sido motivo de controversia. Sus papeles secretos serán desvelados también en pocos años.