El Vaticano ha reconocido, por primera vez, los límites de la actuación del papa Pío XII ante el Holocausto. La revista de los jesuitas Civilta Cattolica , que normalmente cuenta con el visto bueno de la Santa Sede, publicó en su edición de ayer un estudio sobre Pío XII y la condena del nacionalsocialismo de Hitler. Este Papa ha sido acusado por varios historiadores de haber guardado silencio ante al exterminio de los judíos.

"Pío XII no tenía, probablemente, madera de profeta", señala la revista. El artículo del historiador Giovanni Sale resume una investigación sobre el mensaje que el Papa envió, por radio, a todo el mundo en la Navidad de 1942. Este mensaje era esperado con temor por Hitler y deseado por los aliados.

IMPARCIALIDAD

Según revela Sale, Pío XII quiso mantener "la tradicional actitud de imparcialidad" de la Santa Sede, pero denunciar al mismo tiempo lo que estaba sucediendo en Alemania, así que evitó una condena demasiado fuerte. El Papa sólo aludió a los "cientos de miles de personas que, tal vez sólo por razón de nacionalidad o raza, son destinadas a la muerte o a una progresiva debilitación".

Hitler consideró que el mensaje constituía "un ataque al nuevo orden instaurado por el nazismo". En cambio, los aliados lo acogieron "con frialdad" porque "no representaba una clara condena".