Los ministros de Exteriores de la Unión Europea tienen previsto poner en marcha el próximo lunes el proceso de adhesión de Islandia, aunque varios estados miembros han puesto ya condiciones para avanzar.

En su última reunión antes de las vacaciones de verano, los Veintisiete tomarán nota en Bruselas de la solicitud islandesa y pedirán a la Comisión de la UE que prepare el preceptivo dictamen, según dieron por hecho hoy fuentes diplomáticas y comunitarias. Pero la decisión no será un mero trámite, después de que una delegación al menos -Holanda- haya pedido un debate entre los ministros sobre la solicitud.

En una reunión preparatoria, otras tres delegaciones -Francia, Alemania y el Reino Unido - han hecho también observaciones que, sin cuestionar la apertura formal del procedimiento, suponen un aviso contra la tentación de ir demasiado rápido.

Según fuentes conocedoras de los debates, Holanda ha vinculado la tramitación posterior de la candidatura islandesa a que se registren avances en la relación con Serbia. Los dos asuntos no guardan ninguna relación directa, pero La Haya pretende, según estas fuentes, ejercer presión sobre la presidencia de turno sueca para que no se distraiga del objetivo de obtener de Belgrado la detención del ex jefe militar de los serbios de Bosnia Ratko Mladic, acusado de genocidio por la justicia internacional.

Holanda, cuyos "cascos azules" fueron testigos impotentes de la masacre de Srebrenica en 1995, bloquea desde hace más de un año el acercamiento de la Serbia democrática a la UE, mientras no sea capturado el fugitivo y entregado al Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPIY).

Para explicar las reservas holandesas, otras fuentes comunitarias mencionan un contencioso mucho más tangible que tanto Holanda como el Reino Unido mantienen con Reikiavik. Se trata de las compensaciones a los numerosos ciudadanos holandeses y británicos que vieron congelados sus depósitos como consecuencia de la quiebra y posterior nacionalización del sistema bancario islandés en octubre pasado.

El nuevo gobierno islandés se ha comprometido a pagar 1.300 millones de euros a Holanda y 2.600 millones al Reino Unido, para que compensen a sus nacionales, pero el compromiso todavía tiene que superar el voto del parlamento. Fuentes diplomáticas británicas se limitaron hoy a expresar su confianza en que "los pactos se cumplan". Otro estado que ha hecho observaciones a la solicitud islandesa es Francia, que insiste en que la ratificación y entrada en vigor del Tratado de Lisboa son condiciones imprescindibles para que la UE empiece a considerar seriamente nuevas ampliaciones.

El encargo a la Comisión ejecutiva de que prepare el dictamen sobre Islandia no compromete a los Veintisiete, en principio, con ningún calendario de negociación. Se da por hecho que la CE esperará, en cualquier caso, hasta después de las elecciones generales alemanas, previstas el 27 de septiembre, para entregar su análisis a los ministros. Corresponderá a ellos decidir, por unanimidad, si aceptan empezar las negociaciones con Islandia y fijar la fecha de comienzo.

En cualquier caso, la tramitación de la solicitud islandesa ya está resultando más rápida que la de algún aspirante balcánico. Albania entregó su propia demanda el pasado 28 de abril, pero todavía no ha sido trasladada a la Comisión Europea. Pese a que Islandia pasará por delante de Albania, los ministros de la UE recordarán el lunes su "pleno apoyo a la perspectiva europea de los Balcanes occidentales" y subrayarán que volverán a examinar la solicitud de Albania "en cuanto se complete el proceso electoral en el país", según el proyecto de conclusiones.