El diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolanas volvieron a empantanarse. Las conversaciones, explicó en su calidad de mediador el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, entraron en “en una especie de receso indefinido”. El Gobierno de Nicolás Maduro decidió seguir adelante con su hoja de ruta y culpar a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Estados Unidos y Colombia del nuevo fracaso. Acto seguido, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que las próximas elecciones presidenciales se realizarán el 22 de abril.

Medina expresó su desazón por el nuevo e inesperado traspié. Según el mandatario dominicano, la delegación del Gobierno de Venezuela había llegado a su país “con el propósito de firmar un acuerdo definitivo”, pero la MUD “no entendió que estaba obligada a firmar ese acuerdo y pidió tiempo para evaluar el documento”. Explicó que mientras el chavismo consideraba que ya no había nada que añadir a lo conversado, la oposición pedía más tiempo y que “no se cierren las puertas de diálogo”.

Jorge Rodríguez, el jefe de la delegación chavista atribuyó la marcha atrás de la MUD a las presiones ejercidas por el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, quien días atrás inició una gira regional. En cada país visitado (Argentina, Perú, Colombia), la cuestión venezolana fue prioritaria. Rodríguez aseguro que Tillerson llamó por teléfono al diputado Julio Borges, al frente de la comitiva de la MUD, para que no firmara el texto final.

EL ACUERDO DE CONVIVENCIA

Maduro estampó su rúbrica en Caracas en soledad. “Lo he firmado, y ojalá se diera el milagro de que la oposición avalara por una vez su palabra”. Según el Acuerdo de Convivencia Democrática por Venezuela que mostró ante las cámaras de televisión, el chavismo y la MUD se comprometen a crear una “comisión bilateral para suprimir las sanciones unilaterales contra el país, que bloquean capacidades financieras para atender necesidades básicas del pueblo venezolano”.

A su vez, convinieron proponerle al Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que conforme una delegación de acompañamiento y observación del electoral. Se llegó a su vez a un entendimiento en lo referente a la equidad en el acceso a los medios públicos y privados durante la campaña proselitista. Siempre de acuerdo con ese texto, el Gobierno y la MUD acordaron crear mecanismos que permitan la “coexistencia institucional” entre la Asamblea Nacional (Parlamento, dominado por la oposición) y la Asamblea Nacional Constituyente. En cuanto a la situación económica y social, se consensuó estudiar “propuestas constructivas” para enfrentar los graves problemas derivados de la crisis. Danilo Medina y el ex jefe de Gobierno de España, José Luis Zapatero, encabezan la “comisión de Seguimiento y Verificación del Acuerdo”.

LA POSICIÓN DE LA MUD

Sin embargo, la MUD hizo público un documento paralelo que incluye los temas desatendidos por la contraparte: el levantamiento de las inhabilitaciones políticas que pesan sobre dos de sus principales dirigentes, Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López, impedidos de presentarse como candidatos, la liberación de los presos políticos y que cesen las sanciones contra la Asamblea Nacional. La MUD había propuesto además que los comicios presidenciales se celebren el 10 de junio y, ante la negativa del Gobierno, buscar una fecha intermedia.“Hasta que no haya un acuerdo digno no firmaremos nada. Emplazamos al Gobierno a que no cometa el paso absurdo de seguir convocando elecciones unilaterales”, dijo Borges.

Zapatero no imaginaba este desenlace, y así se lo hizo saber a la MUD a través de una carta. “De manera inesperada para mí, el documento no fue suscrito por la representación de la oposición. No valoro las circunstancias y los motivos, pero mi deber es defender la verdad y mi compromiso es no dar por perdido el lograr un compromiso histórico entre venezolanos. Es por ello que le pido, pensando en la paz y la democracia, que su organización suscriba formalmente el acuerdo que le remito, una vez que el Gobierno se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado”.

Según Zapatero, en la República Dominicana se había llegado a “un consenso básico para un gran acuerdo” que daba respuestas a muchos planteamientos, entre ellos “un proceso electoral con garantías, las condiciones de la Comisión de la Verdad, la cooperación ante los desafíos sociales y económicos, el compromiso por una normalización institucional y las garantías para el cumplimiento del acuerdo”.

Chile, en tanto, decidió suspender de manera indefinida su acompañamiento al diálogo porque “no se han acordado condiciones mínimas para una elección presidencial democrática y una normalización institucional”. Por su parte, la administración Trump hizo saber que prepara una nueva batería de sanciones comerciales.