El agregado de Información de la Embajada de España en Bagdad, Antonio Bernal, no contaba con protección oficial española en su domicilio. Su seguridad dependía tan sólo de un empleado iraquí al que pagaba de su bolsillo y que se ausentó una hora antes del asesinato. Esa protección exigua la complementaban dos policías iraquís desarmados, que se encargaban de la vigilancia de la zona y, en especial, del consulado de Sudán, situado en la misma calle donde vivía Bernal. Uno de ellos proporcionó la primera versión del asesinato.

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirmó de ayer que Bernal tenía "asignada una persona para su seguridad", sin precisar en qué condiciones, y dijo que el testimonio de esa persona permitió conocer los primeros datos sobre el crimen, que, según todos los indicios, no presenció.

CUATRO GEOS EN BAGDAD

Según señalaron fuentes diplomáticas, sólo el jefe de la legación diplomática --en este caso el encargado de negocios, Eduardo de Quesada-- cuenta con protección española. De los cuatro geos (del Grupo Especial de Operaciones) destinados en Bagdad, dos escoltan a De Quesada y otros dos custodian la embajada.

El resto del personal depende de seguridad privada local y, en algunos casos, no cuenta con protección. Un diplomático con experiencia en destinos conflictivos consideró "inconcebible" tan escasa seguridad y aseguró que es "ridícula" en comparación con la seguridad de la que goza la delegación española en Argelia.

El 21 de agosto pasado, tras el atentado a las instalaciones de las Naciones Unidas en Bagdad, el Ministerio de Asuntos Exteriores anunció que reforzaría la seguridad de la delegación española en la capital iraquí. Dicho refuerzo ha consistido en la contratación de personal local y en medidas de control del tráfico en inmediaciones de la embajada, según fuentes diplomáticas.

La embajada española en Bagdad cuenta, según Exteriores, con 29 personas, de las que 14 trabajan en la cancillería, 13 en la Oficina Comercial y dos en la Oficina Técnica Comercial. Un diplomático veterano consideró "excesiva" la cifra y aventuró crípticamente que, de ser cierta, "más de una persona estará haciendo labores extraoficiales".

REACCIONES DE CONDENA

El asesinato de Bernal recibió la condena de todos los partidos y más de una crítica al Gobierno. El portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, destacó que Irak "continúa sumido en el caos y la violencia" y que la situación "tiene difícil arreglo". Ignasi Guardans, de CiU, preguntó al presidente de Ejecutivo, José María Aznar, "cuántos muertos hacen falta" para que asuma su responsabilidad en la situación de Irak. El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, dijo que los españoles en Irak corren un "doble riesgo" mientras el Gobierno mantenga sus "compromisos con la guerra y la ocupación ilegal".