Una delegación de las familias de las víctimas del atentado contra un avión de la compañía francesa UTA, atribuido a Libia, regresó ayer a París tras viajar a Trípoli sin haber obtenido "resultados concretos" sobre su demanda de compensación, según reconoció el portavoz del grupo Guillaume Denoix.

El avión estalló en el aire, a causa de una bomba, cuando sobrevolaba Níger y los 170 ocupantes --entre los que había 54 franceses-- perecieron en el atentado, ocurrido en 1989.

La delegación viajó a Trípoli con la bendición del Gobierno francés, que puso un avión a su disposición. Francia ha amenazado con bloquear en el Consejo de Seguridad de la ONU el levantamiento de las sanciones contra Libia invocando el principio de la ecuanimidad. Gran Bretaña accedió, el pasado jueves, a posponer el voto en el Consejo de Seguridad del proyecto por el que se hubieran levantado las sanciones.