Como el Ejército israelí aún no puede instalar controles militares en las ondas, el primer ministro británico, Tony Blair, tuvo ayer finalmente su conferencia sobre las reformas palestinas a pesar de la prohibición israelí a que los delegados palestinos viajaran a Londres. Fue, eso sí, una videoconferencia. Tal fue el sistema con el que los dirigentes palestinos hicieron escuchar su voz en Londres desde Ramala y Gaza.

Al término del encuentro, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, declaró que la conferencia fue "constructiva" y que sirvió para impulsar las reformas económicas y financieras de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Además de los virtuales ministros de Yasir Arafat, en la cumbre participaron los miembros del Cuarteto de Madrid (EEUU, la ONU, la UE y Rusia), Egipto, Jordania y Arabia Saudí. Israel no había sido invitada.

DIFERENTES IDIOMAS

A pesar de las buenas palabras de Straw, el único fruto del encuentro fue convocar una reunión del grupo de trabajo del Cuarteto para la semana del 10 de febrero. En todo lo demás, los mediadores internacionales y los representantes palestinos parecían hablar idiomas diferentes.

Así, Straw admitió que la prohibición de que la delegación palestina viajara fue desafortunada, pero que no debía desviar la atención de los asuntos principales, como la necesidad de que la ANP afronte reformas económicas, financieras y constitucionales o la creación del puesto de primer ministro. Straw instó a Arafat a profundizar en el proceso de reformas para lograr una ANP "más democrática" y así conseguir que el proceso de paz vuelva a ponerse en marcha.

Los palestinos insistieron en que los árboles de las reformas no deben impedir ver el bosque: la ocupación israelí. En su intervención, el ministro de Información de la ANP, Yasir Abed Rabbo, afirmó que la ocupación impide aplicar las reformas. Rabbo reiteró que la ANP está en contra de los ataques a civiles.