La hora de los Abús , de la vieja guardia que engordó a la sombra de Yasir Arafat, ha llegado. Mientras la agonía del líder palestino se alarga en el hospital Percy de París, Mahmud Abbas (Abú Mazen ) y Ahmed Qurei (Abú Alá ) recibieron ayer en Ramala el encargo de los dirigentes palestinos de sustituir al presidente. Abbas toma el mando de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) y Al Fatah, y Qurei, de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), mientras que el presidente del Parlamento, Rawhi Fatú, se convierte simbólicamente en jefe de Estado de la ANP.

Desde un punto de vista práctico, Abú Mazen es el hombre fuerte encargado de pilotar la era post-Arafat, al estar la OLP jerárquicamente por encima de la ANP. Qurei se hace cargo del Gobierno y del Consejo de Seguridad Nacional. Completa el nuevo G-4 palestino que sustituye a Arafat Salim Zaanún, presidente del Consejo Nacional Palestino, cuya presencia es necesaria para los palestinos de la diáspora.

60 DIAS Legalmente, Fatú será presidente de la ANP durante 60 días desde el momento en que Arafat fallezca. La Ley Básica palestina --un sucedáneo de Constitución-- establece que en este periodo deben convocarse elecciones a la presidencia de la ANP. Pero, esta convocatoria no es segura. Fuentes palestinas insistían ayer en que "se hará todo lo posible para que haya elecciones", pero recordaban la situación de los territorios palestinos: ocupación militar, bloqueos y toques de queda que dificultan algo tan esencial como hacer un censo electoral. Un terreno árido para que florezca la democracia.

De hecho, los dirigentes palestinos reunidos en la Mukata ya indicaron que si en los 60 días no se han podido celebrar elecciones, la cuestión de la presidencia se pondrá en manos del Consejo Legislativo (equivalente al Parlamento). Llegados a este punto, nada es descartable, ni siquiera una reforma de la Ley Básica que permitiera al líder de la OLP, Abbas, convertirse en presidente de la ANP sin el refrendo de las urnas.

El reparto del pastel deja fuera a la nueva generación de líderes palestinos, aunque pocos dudan de que Mohamed Dahlán será uno de los hombres claves del nuevo escenario. Dahlán ostentó la cartera de Interior en la etapa de Abbas como primer ministro, y su condición de hombre fuerte de Gaza y favorito de Occidente hace del coronel una figura imprescindible. El asesor de seguridad de Arafat, Yibril Rayub, es otro de los nombres a seguir.

DISCREPANCIAS Las primeras discrepancias vinieron de Túnez, donde el dirigente Faruk Kadumi pidió ayer que el comité ejecutivo de la OLP celebre una reunión en el extranjero. Kadumi, jefe del departamento político (asuntos externos de la OLP) es el número dos de Al Fatah y, teóricamente, el sustituto de Arafat al frente de su partido.

La división de poder da por hecha la muerte de Arafat. El rais sigue en coma profundo en el hospital Percy, "viviendo sus últimas horas", según el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin. Allí le visitó ayer el imán Taisir Dayut Tamimi, quien le leyó varias azoras del Corán en su lecho de muerte. Tamimi afirmó que "mientras haya calor en el cuerpo de Arafat" el rais no será desconectado de las máquinas que lo mantienen vivo. "Está prohibido por la sharia (ley islámica)", recordó.