El juicio del caso Clearstream , que sienta en el banquillo al exprimer ministro Dominique de Villepin acusado de conspirar contra Nicolas Sarkozy, llega a su fin esta semana con la rivalidad entre ambos políticos desatada. Tierry Herzog, el abogado del presidente francés --cuya inmunidad judicial no le impidió tomar la decisión de personarse como parte civil-- expuso unas conclusiones implacables. Según Tierry Herzog, no hay duda de que Villepin está tras este complot, cuyo propósito era cerrar el paso de Sarkozy a la presidencia.

El cuerpo central de los razonamientos de Herzog son las notas del general Philippe Rondot, el jefe de los servicios secretos del Gobierno en el 2004, cuando Villepin le pidió que comprobara la aparición de Sarkozy junto a otros políticos y empresarios en unas listas de titulares de cuentas del fondo de compensación luxemburgués Clearstream. Para Herzog no hay duda de que el antiguo primer ministro de Chirac ha cometido un delito de "complicidad en denuncia calumniosa", penado con cinco años de prisión. El exprimer ministro lo niega todo.