Se acabó el respeto por lo que los palestinos llaman "línea roja", el acuerdo tácito entre las facciones que vuelve inviolables a los dirigentes de cada partido porque vulnerarlo es sinónimo de declarar la guerra. Primero fue el intento de asesinato al primer ministro, Ismail Haniya y, ayer, los disparos sobre el convoy en el que viajaba su ministro de Exteriores, Mahmud Zahar, el halcón del brazo político de Hamas, que resultó ileso. El círculo vicioso de la venganza se puso en marcha.

Anoche, después de varias horas de violencia desenfrenada, Al Fatá y Hamás anunciaron que habían llegado a un acuerdo para intentar poner punto y final al intenso intercambio de fuego. Ambos movimientos radicales se comprometieron a dar órdenes a sus milicianos para que se retiren de las calles, aunque está por ver si esa petición será realmente acatada.

MORTEROS CONTRA ABBAS Varios morteros cayeron en Gaza frente a la residencia del presidente palestino, Mahmud Abbás, que sigue viviendo en Ramala tras desafiar a los islamistas el sábado y anunciar la convocatoria de elecciones anticipadas. Una jugada que podría no servirle para nada, ya que Hamás aseguró ayer que no participará en los comicios. Este fue el único pronunciamiento político serio de otra jornada que se ha visto teñida de violencia al dejar tres muertos, uno de ellos una mujer inocente de 19 años, y varios heridos. Un coronel miembro del servicio de seguridad de Al Fatá fue secuestrado y asesinado.

"El Gobierno rechaza la invitación a unas elecciones anticipadas porque son inconstitucionales y pueden disparar disturbios a gran escala entre los palestinos", dijo ayer Haniya, quien acusó a Abbás de hacer un anuncio "incendiario". Si Hamás no participa, las elecciones pueden acabar generando un nuevo callejón sin salida.

Un Gobierno de Al Fatá recuperaría probablemente el favor y el dinero de la comunidad internacional, pero Hamás volvería a quedar fuera de las reglas del juego, donde estuvo durante 18 años, hasta su entrada en el Parlamento el año pasado. Y eso significa que los integristas, completamente traicionados por la democracia, se dedicarán a boicotear la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y los acuerdos que pueda suscribir, como hicieron después de la firma de los Acuerdos de Oslo.

ATENTADO FRUSTRADO Mientras, la violencia por parte de los dos bandos sigue aumentando. Un grupo de militantes de Hamás disparó contra una manifestación de cerca de 100.000 seguidores de Al Fatá, dejando a varias personas heridas. Peor fue la batalla desatada tras el atentado frustrado contra Zahar a cargo de francotiradores, que se produjo como respuesta al asesinato, la madrugada anterior, de un miembro de la Fuerza 17, el cuerpo de élite de la guardia presidencial, financiada por EEUU. Ambos bandos se enfrentaron a balazos durante más de una hora en el centro de Gaza.

Además, militantes de Hamás lanzaron varios morteros contra las dependencias del presidente en Gaza. Sus fuerzas de seguridad tomaron las dependencias de los ministerios de Transportes y Agricultura, que están controlados por Hamás. Una violación de competencias que fue considerada por Zahar como un "golpe militar".

LOS PREPARATIVOS A pesar de esta violencia enloquecida, Abbás se reunió ayer con el comité central de su partido con el objetivo de preparar las elecciones anticipadas. El presidente, de 71 años, cuyo cargo expirará en el 2010, ha repetido en varias ocasiones que no tiene intención de presentarse a la reelección.

Sin embargo, uno de los más longevos compañeros de viaje con que cuenta Abbás, el exministro Nabil Shaath, manifestó ayer que "Al Fatá lo nombrará candidato presidencial".