La Buenos Aires oculta, esa que no suelen ver los dos millones de turistas que visitan al año la capital argentina, salió a luz violentamente en las últimas horas a raíz de los violentos incidentes entre personas sin techo, vecinos de barrios pobres y policías. Los enfrentamientos dejaron tres muertos, dos bolivianos y una paraguaya.

El jefe de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, atribuyó lo ocurrido a la masiva presencia de inmigrantes de otros países latinoamericanos. "Parecería que la ciudad de Buenos Aires se tiene que hacer cargo de los países limítrofes y eso es imposible. Todos los días llegan entre 100 y 200 personas nuevas, de la mano del narcotráfico y la delincuencia", dijo Macri, que es hijo de un italiano que vino a Argentina en 1940 e hizo fortuna. El canciller argentino, Héctor Timerman, lo calificó de "fascista", y el jefe de Gabinete, Anibal Fernández, de "xenófobo".

El epicentro tuvo lugar en el Parque Indoamericano, ocupado por unas 1000 familias sin casa, en su mayoría inmigrantes. El Gobierno de la ciudad intentó recuperar el espacio público y la policía entró en acción. Los inmigrantes respondieron con piedras y quema de neumáticos.