Tras uno de los meses más apacibles que se recuerdan en Gaza gracias a la tregua vigente con Israel, la violencia resurgió el viernes con una ola de atentados aparentemente concebidos para reavivar la tensión entre los dos grandes partidos rivales palestinos. Tres explosiones en varios sitios de la franja acaba ron con seis personas, cinco milicianos de Hamás y una niña de seis años. Los islamistas en el poder acusaron a Al Fatá y lanzaron la mayor redada contra sus rivales en lo que va de año. Mas de 150 militantes del partido liderado por el presidente Mahmud Abbás fueron arrestados.

Desde que Hamás aplastó a las fuerzas de Al Fatá hace 13 meses y se hizo con el control absoluto del poder en Gaza, el caos y la violencia intrapalestina habían desaparecido de la franja. Solo se habían registrado ajustes de cuentas y ataques contra cibercafés e intereses cristianos. Pero el viernes explotó una bomba en un café; luego otra a las puertas de la casa del dirigente islamista, Maruán Abu Ras, que salió ileso. La tercera voló un coche aparcado junto a un grupo de activistas del brazo armado de Hamás.