Francia multiplica los guiños a EEUU desde la llegada de Nicolas Sarkozy al Elíseo. Sin que la visita se hubiera anunciado previamente, el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, aterrizó ayer en Bagdad con un mensaje de "solidaridad con el pueblo iraquí" y apoyo a su Gobierno, y dispuesto a "escuchar a los representantes de todas las comunidades", según un portavoz de su ministerio.

Invitado por el presidente iraquí, Jalal Talabani, Kouchner es el primer ministro francés que visita el país desde la invasión, en el 2003, que tuvo en el expresidente Chirac a su principal opositor. Ello provocó un distanciamiento entre Washington y París al que Sarkozy parece decidido a poner fin.

Kouchner inició su visita de tres días rindiendo homenaje a las 22 víctimas del atentado contra la sede de la ONU en Bagdad, del que ayer se cumplía el cuarto aniversario. El ministro declaró que "espera" que la ONU asuma un mayor papel en el conflicto.

Mientras, un asesor militar estadounidense, Stephen Biddle, abrió una nueva polémica al asegurar al diario londinense Sunday Times que el Ejército británico ya no controla la ciudad iraquí de Basora y la abandonará de una forma "desagradable" y "embarazosa". "Lamento decir que la experiencia de Basora está destinada a convertirse en un error garrafal en la historia militar", afirmó Biddle, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores.

A su juicio, "los insurgentes tienen el poder" y "perseguirán" a las tropas del Reino Unido en su retirada para dar la imagen de una "derrota británica". Londres tiene a 5.500 hombres en Basora y prevé traspasar el control de la ciudad a las fuerzas iraquís en los próximos meses.