El presidente ruso, Vladimir Putin, evitó ayer mencionar cualquier controversia sobre Irak o atacar a la Casa Blanca por lanzar una guerra de forma unilateral durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU, con la vista puesta en la cumbre que celebrará mañana con su homólogo norteamericano, George Bush. Putin ni siquiera solicitó la rápida transferencia de la soberanía a los iraquís, reclamada por sus socios del frente pacifista, Francia y Alemania, y rechazada por EEUU.

A diferencia del presidente francés, Jacques Chirac, que criticó la guerra ilegal el martes ante el mismo foro, Putin se limitó a manifestar ayer que, "pese a las grandes diferencias sobre la manera de resolver la crisis iraquí, al final la situación está volviendo a la esfera legal de la ONU".

El presidente ruso abogó por la "participación directa y activa" de las Naciones Unidas en la reconstrucción del país, pero no reclamó a Washington un mayor papel político para la organización internacional en la posguerra iraquí.

CONTRA EL TERRORISMO

Putin también resaltó la necesidad de combatir más duramente el terrorismo y evitar la proliferación de armas de destrucción masiva. Pero el interés de Putin es económico, y tratará de lograr de Bush una mayor inversión en la comercialización de las reservas petroleras rusas, con las que EEUU reduciría su dependencia de Oriente Próximo.