Es una cifra que deprimiría en al resto de países europeos. Pero el 56,2% de participación registrado ayer en las elecciones presidenciales de Polonia es casi una buena noticia para la democracia del país. Así las cosas, los polacos han logrado superar la cifra de la primera vuelta (52,7%) que ya se consideró un pequeño triunfo en la primera vuelta

Tras la crisis de la izquierda polaca a finales de los 90, que siguió a varios escándalos de corrupción, el desencanto de la población con la política nacional se tradujo en una deserción masiva en las urnas. Los últimos presidentes tuvieron que serlo con menos del 50% de los votos en segunda vuelta. Fue esa baja participación la que permitió que partidos ultraconservadores llegaran al poder pese a no representar a una mayoría de la sociedad polaca. Pero fue también el peligro a que ese tipo de gobiernos se convirtieran en la norma en el país lo que ha ido devolviendo a los ciudadanos polacos a las urnas.

Tras el desastre de las legislativas de septiembre del 2005, donde la participación no llegó al 40%, en las elecciones anticipadas del 2007 se registró una participación del 55,3%, la más elevada desde la primera votación plenamente democrática en el país en 1991, que sirvió a los liberales y su líder Donald Tusk para llegar al gobierno e iniciar la senda liberal polaca. Ahora ha sido el esfuerzo por culminar ese traspaso de poder de la derecha ultracatólica al centro-derecha liberal lo que ha movilizado al pueblo polaco. Si los liberales logran construir un tándem de Gobierno estable, esto no solo favorecería la imagen de la política nacional, sino que permitiría al resto de partidos reorganizarse y presentar campañas sólidas para las próximas elecciones legislativas a finales de 2011.

En la primera vuelta de estas presidenciales, el candidato de la Alianza Democrática de Izquierdas, Grzegorz Napieralski, sorprendió con casi un 14% de los votos. Por eso, no es descabellado afirmar que el pueblo polaco ha vuelto al camino de la implicación política o que más de la mitad del pueblo polaco ya lo ha hecho.