El Ejército de EEUU en Irak está apoyando a grupos armados sunís para que se enfrenten a milicianos vinculados con Al Qaeda, según publicó ayer The New York Times. Estas milicias sunís, que reciben dinero, armas y munición, están implicadas en ataques contra tropas estadounidenses. La estrategia, que según el diario ha sido probada con cierto éxito en la provincia de Anbar, parte de la base de que la insurgencia suní --que en el pasado ha colaborado con grupos vinculados a Al Qaeda-- ha decidido desmarcarse de la red de Bin Laden a causa de sus atentados indiscriminados, en los que mueren muchos civiles. Aún así, las fuerzas de EEUU corren el riesgo de que los sunís se les rebelen de nuevo.

En este complicado puzle aterrizó ayer el futuro primer ministro británico, Gordon Brown. Según sus propias palabras, la intención de Brown es "escuchar y aprender" antes de ocupar, a finales de mes, el número 10 de Downing Street.