Un sentimiento de extrema preocupación y una condena sin paliativos ante las medidas extraconstitucionales adoptadas por el presidente Pervez Musharraf. Así se puede definir la reacción de los gobiernos occidentales ante el autogolpe protagonizado por el general paquistaní.

"EEUU no apoya medidas extraconstitucionales", declaró desde Estambul la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, antes de advertir: "Esperamos que, pase lo que pase, vuelvan rápidamente al camino constitucional". Más contundentes fueron las palabras de la Casa Blanca hacia su aliado en la lucha contra el terrorismo. En un comunicado, calificó de "muy decepcionante" la decisión de Musharraf. "Todos los aliados de Pakistán estarán preocupados por el giro que han dado hoy por ayer los acontecimientos", aseguró David Miliband, titular de Exteriores del Reino Unido. El ministro dijo que el Gobierno británico reconoce que el futuro de Pakistán depende "de la capacidad del país para emplear el poder de la democracia y de la ley en lograr la estabilidad".

RAPIDO RETORNO La Comisión Europea dijo estar "preocupada" por la decisión del presidente paquistaní y deseó un rápido retorno "a la democracia". Por su parte, la India, rival regional del Estado paquistaní, lamentó, a través de un portavoz gubernamental, las dificultades que atravesaba su vecino.