Después de varias semanas de manifestaciones en Bagdad, los soldados del disuelto Ejército iraquí han conseguido que EEUU se haga cargo de sus reivindicaciones. Según la administración civil norteamericana, los antiguos militares, en el paro desde el pasado 23 de mayo, comenzarán a recibir un sueldo mensual a partir del 14 de julio, con la condición, precisa, de que "los beneficiarios renuncien tanto a la ideología baazista como a la violencia".

La medida beneficiará a los militares de carrera, cerca de 250.000, que cobrarán entre 50 y 250 dólares (entre 42 y 213 euros) hasta la constitución del nuevo Gobierno. Los reclutas, unos 300.000, recibirán un solo pago, en concepto de indemnización.

La decisión de EEUU se produce una semana después de la muerte de dos antiguos soldados iraquís, abatidos por los estadounidenses en una manifestación.

El consejero de Seguridad de la administración civil, Walter Slocombe, dijo que "el país estaba sobremilitarizado" durante el régimen de Sadam, y advirtió de que sólo algunos tendrán lugar en el nuevo Ejército, que formarán unos 120.000 hombres.