Estados Unidos predica pero no aplica. De acuerdo con un documento filtrado por el Pentágono, el Gobierno de George Bush planea construir una nueva generación de armas nucleares de baja potencia para utilizarlas en el marco de su política de ataques preventivos . Está prevista una reunión entre altos militares y científicos estadounidenses, el próximo agosto, en los cuarteles generales del Comando Estratégico, en Omaha, con el fin de debatir los detalles y la viabilidad.

En esa reunión, sin embargo, se discutirá de otro asunto que se antoja más inquietante: la posibilidad de que EEUU abandone los tratados de control de armas globales y la reanudación de pruebas con armas nucleares. En otras palabras, hacer todo aquello que, bajo la bandera de la seguridad mundial, les exige a los otros que no hagan.

YA HUBO UNA REUNION

El documento del Pentágono, divulgado por el Grupo de Estudio Los Alamos --un organismo de control nuclear de EEUU--, es el acta de una reunión celebrada el 10 de enero en la que participó Dale Klein, el ayudante del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, con el fin de preparar el encuentro de agosto.

Lo que el Gobierno de Bush prepara, consta en el acta, es un nuevo arsenal compuesto por "armas nucleares de acción limitada" y "armas de penetración terrestre", entre otras. En el primer caso se refiere, en concreto, a ojivas tácticas de un kilotón de potencia (la bomba que arrasó Hiroshima era de 13 kilotones). En el segundo, hace referencia a armas diseñadas para penetrar en la tierra y luego hacer explosión, especiales para destruir búnkeres subterráneos.

"DESTRUCCION DE AGENTES"

Según el documento, este nuevo tipo de armamento podría ser usado como "armas de destrucción de agentes", es decir, para destruir almacenes subterráneos de armamento biológico y químico.

Los expertos consultados coinciden en que lo más grave del documento es que revela una nueva disposición del Gobierno de Estados Unidos a hacer uso de esta clase de armas.