Tras una intensa noche de búsqueda, los servicios de rescate de Benín siguieron ayer rastreando las playas de Cotonou para recuperar los restos de las víctimas del accidente aéreo del pasado jueves, en el que perecieron al menos 113 personas, según fuentes oficiales. Hubo 22 supervivientes. El ministro de Asuntos Exteriores de Benín, Rogatien Biaou, informó de que el avión transportaba 161 personas, 10 de ellas miembros de la tripulación, pero esta cifra no fue confirmada por la compañía.

El aparato, un Boeing 727 fletado por la compañía Unión de Transportes Africanos (UTA), no logró despegar del aeropuerto de Cotonou, capital económica de Benín. La cabina se clavó en la arena y se fracturó antes de que el resto del aparato se incendiara y se precipitara en el mar. La mayoría de las personas a bordo eran de nacionalidad libanesa.

"LENTOS Y POCO EFICACES" El vuelo cubría la ruta aérea de Conakry (Guinea) a Beirut (Líbano), con escala en Cotonou. Muchas personas que aprovecharon la fiesta de Navidad para ir a la playa señalaron que los servicios de rescate fueron "lentos y poco eficaces". "La mayoría de los supervivientes y de los cuerpos que se quedaron dentro del avión fueron recuperados por pescadores y bañistas", afirmó un testigo.

Otro testigo, técnico en aviación, declaró que, probablemente, el aparato iba sobrecargado o con la carga mal distribuida por la forma en que se balanceaba cuando intentó elevarse. También apreció que el Boeing tuvo problemas con el tren de aterrizaje. El ministro libanés de Transportes, Najib Mikati, afirmó que su Gobierno había rehusado conceder la licencia a la Unión de Transportes Africanos "porque no reunía las condiciones técnicas requeridas". La UTA, registrada en Guinea, es propiedad de emigrados libaneses y une Beirut con varias capitales africanas.

CAJAS NEGRAS Las dos cajas negras del Boeing 727 fueron encontradas ayer, lo que facilitará que se esclarezcan las causas que provocaron el siniestro.

El accidente ha conmocionado a la sociedad libanesa, a cuya capital se dirigían los viajeros, muchos de ellos para poder celebrar las fiestas navideñas con sus familias.