El Gobierno de Indonesia anunció ayer el envío de 10.000 soldados más a Aceh que sumados a los actuales conformarán un pequeño Ejército de 50.000 hombres. Con el argumento de que la medida tiene por objeto mejorar las labores humanitarias, la mayor presencia de las fuerzas armadas en la provincia rebelde del norte de Sumatra permitirá al Ejecutivo reforzar su control sobre el territorio y sobre el despliegue de la ayuda humanitaria. La ambigüedad de Yakarta respecto de la presencia militar y civil extranjera en la zona motivó ayer que EEUU y la ONU pidieran aclaraciones sobre los límites impuestos a las tropas y a las agencias internacionales.

En un lapso de pocas horas, el Gobierno de Yakarta pasó de anunciar que las tropas extranjeras deberían "abandonar el país en marzo" a que su presencia era "bienvenida" y que permanecerían en el país "el tiempo necesario". Pero fue el propio presidente indonesio, Susilo Bambang Yudoyhono, quien confirmó al ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que "las tropas permanecerán tres meses". Moratinos y Bambang mantuvieron una entrevista en el aeropuerto de Sibolga (Sumatra del Norte), en la que el presidente dio garantías de que su país facilitará la labor y la seguridad de los cooperantes y de las tropas españolas desplegadas en Sumatra.

CONTINGENTE ESPAÑOL Dos aviones Hércules C-130 con los primeros 62 militares del contingente militar español enviado a la zona aterrizaron ayer en el aeropuerto de Pekambaru, en el centro de Sumatra.

Moratinos, que ayer acabó su gira por la zona, viajó a esa localidad desde Banda Aceh para darles la bienvenida, informa Marc Marginedas. Otros tres aviones CN-235 tienen previsto llegar a Indonesia en las próximas horas y serán precisamente los que utilizará el contingente de la operación militar Respuesta Solidaria para trasladar ayuda y viajar por la zona. El grueso del contingente llegará a bordo del buque Galicia y está compuesto por 560 hombres.

El miércoles, las restricciones impuestas por Yakarta a las tropas de EEUU obligaron al portaviones Lincoln , utilizado en las operaciones de socorro, a alejarse de las aguas territoriales. Además, los cooperantes civiles fueron advertidos de que no deberían salir de las ciudades de Aceh "por su seguridad", en alusión a posibles acciones del rebelde Movimiento de Liberación de Aceh (GAM). Pero la guerrilla rechazó esas acusaciones y sigue ofreciendo un alto el fuego, bien acogido por Yakarta pero que no se ha concretado.

El Ejecutivo indonesio se debate en una contradicción muy precisa. Por un lado necesita la ayuda exterior para hacer frente a la catástrofe. Por otro, teme que la presencia de los militares extranjeros (y también de los civiles) se prolongue y que el GAM saque ventaja mediática y territorial de esta situación, lo que le ha llevado a aumentar sus tropas en la provincia, en un esfuerzo por reafirmar su autoridad.