Al Fatá al Islam (AFAI), la milicia extremista con una ideología cercana a Al Qaeda contra la que combate desde hace tres semanas el Ejército libanés en el norte del país, planeaba "actos terroristas" contra la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), de la que forman parte 1.100 militares españoles. Esa es al menos la información filtrada ayer por fuentes judiciales libanesas que participan en los interrogatorios de los 35 yihadistas sunís arrestados hasta ahora, la mayoría libaneses, pero también saudís, sirios y palestinos. "Algunos de los encausados confesaron que uno de sus principales objetivos era atacar militarmente a la FINUL", explicaron las mismas fuentes.

En el actual polvorín libanés, la fuerza multinacional es un dulce muy jugoso para todo aquel que quiera desestabilizar el país. Hace unos días un portavoz de AFAI trató de explotar la desconfianza que su despliegue genera entre algunos actores del conflicto, como Hizbulá, Siria y los fundamentalistas sunís, acusando a la FINUL de ayudar al Ejército a bombardear desde el mar el campo de refugiados palestinos de Nahr al Bared.

"Fue un malentendido que el Ejército libanés se encargó de desmentir. Nosotros operamos exclusivamente en el sur y no tenemos mandato para hacer una cosa así", declaró ayer a este diario el portavoz de la misión de paz española, Francisco Estalrrich. España está al mando de uno de los dos sectores, en los que desarrollan sus actividades los 12.700 cascos azules, desplegados en el sur del Líbano desde finales del verano pasado para garantizar el alto el fuego entre Israel e Hizbulá.