José Luis Rodríguez Zapatero empezó ayer a mudar su espíritu y a hablar como gestor rotatorio de la Unión Europea, pese a que su cargo, con la nueva organización de los Veintisiete y su presidente estable --el belga Herman van Rompuy-- no será igual de visible y poderoso que hasta ahora. En todo caso, el presidente español está a solo 20 días de coger el timón de las gestiones europeas y ayer dijo que su misión más importante será coordinar las políticas económicas para consolidar a la UE como una potencia mundial frente a EEUU, China y la India.

"Vamos a preparar a Europa mejor para la salida de la crisis económica y vamos a hacer de Europa una unión política más fuerte económicamente. Ese es el compromiso", dijo Zapatero tras la reunión del Consejo Europeo de Bruselas. El jefe del Ejecutivo explicó que solo con la colaboración de los 27 estados se logrará ese poderío y se preparará "mejor" la salida de la crisis.

A Zapatero no le preocupa el hecho de que le toque a él, que dirige un país con el doble de paro que la media europea, salir del túnel de la crisis. Considera que tomar el dato de desempleo aislado sería como afirmar que el centro financiero de Londres está hundido por los estragos de la crisis en sus instituciones.

El presidente español se reunió con Van Rompuy antes de que se celebrara la reunión de los 27 líderes, y ambos acordaron convocar una cumbre informal en febrero --cuando se haya conformado la nueva Comisión Europea-- para hablar de la reforma económica pensada hasta el 2020. Esa estrategia pasa no solo por dotarse de nuevos instrumentos de supervisión para la banca, los seguros y los mercados, sino también por reorientar el modelo de crecimiento (mercado laboral eficiente, economía verde, mayor competencia y mayor inversión en innovación).

PAPEL SECUNDARIO La presidencia española será la encargada de empezar a aplicar el Tratado de Lisboa, la nueva Constitución de la que se han dotado los europeos. Una de las consecuencias negativas que esa coincidencia tiene para el Gobierno español es que Zapatero, en este caso, ya no presidirá los consejos europeos que, como el de ayer, encabezó el líder de turno, ahora el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt. Zapatero tendrá que cohabitar con Van Rompuy y crear esa nueva relación que a partir de ahora se dará entre las dos figuras institucionales.

Tampoco el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, podrá presidir la reunión con sus homólogos y será la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien lo haga. Fuentes de la Moncloa quitan importancia a estos cambios de funcionamiento y prefieren resaltar que el Ejecutivo español participará "en el diseño del nuevo funcionamiento de la Unión que marca el Tratado de Lisboa".

Van Rompuy, con el que Zapatero asegura tener buena conexión, viajará el martes a Madrid para reunirse con el jefe del Ejecutivo y continuar con el reparto de papeles entre ellos.