El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entró ayer sin querer en las quinielas sobre la elección de un nuevo papa, impulsado por los periodistas. El jefe del Ejecutivo se negó a hacer un pronóstico personal porque "la Iglesia hace muy bien esas cosas", pero apuntó que sus fuentes le aseguran que el nuevo pontífice "será italiano".

En un encuentro informal con periodistas en el Congreso, Zapatero explicó por qué no ha hecho hasta el momento ninguna declaración pública de condolencias por el fallecimiento de Juan Pablo II. "No ha habido ocasión", dijo el presidente, que aseguró no haber encontrado un momento de expresar con su propia voz el pésame que hizo llegar por telegrama al Vaticano el sábado, nada más morir el Papa.

En ese telegrama, el jefe del Ejecutivo expresó el "hondo pesar" del Gobierno por la pérdida de "una de las figuras mundiales más relevantes de la historia". S. G.