La oenegé Save the Children ha regalado a los asistentes a la cumbre del G-8 unos yoyós que, en contra de lo que es natural, despiertan tristeza cuando se cogen y se deslizan. "9,2 millones de niños menores de 5 años mueren cada año. Dos millones de esos niños mueren el primer día de vida", rezaba una leyenda atada al cordel. "Esos niños seguirán muriendo a menos que el G-8 se comprometa a doblar la ayuda para mejorar la salud infantil y maternal", acababa.

Con el objetivo de acabar con esas cifras, "inaceptables en el siglo XXI", el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer que España aportará 100 millones de euros cada año hasta el 2014 para mejorar la nutrición de los niños de los países pobres. Esos 500 millones totales se suman a los 1.000 dedicados a seguridad alimentaria, política agraria y nutrición que comprometió en enero en la cumbre que Zapatero organizó a medias con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

De esta forma, el Ejecutivo español destinará 300 millones de euros por año en el próximo lustro para luchar contra el hambre a través de ayudas bilaterales, organismos internacionales y oenegés. "Sabemos que la cifra es elevada, pero sabemos que los españoles son solidarios y quieren un Gobierno que se sitúe a la cabeza en la lucha contra el hambre", dijo Zapatero tras la reunión. El jefe del Ejecutivo tomó la palabra tras el presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y se dirigió a la treintena de líderes invitados al encuentro sobre seguridad alimentaria. A ellos les pidió "coordinación" y que mantengan la lucha contra el hambre en las agendas.

ESPAÑA Y EL G-20 España participó ayer por primera vez como país en la cumbre del G-8, una asistencia que colma las expectativas de la Moncloa, consciente de que es imposible la integración en el club de los más ricos. En la rueda de prensa tras la cumbre, Zapatero dijo por primera vez que es el G-20 --más Holanda y España, invitadas a las dos últimas reuniones-- y no el G-8 el foro "más representativo" para asumir la gobernabilidad mundial. El jefe del Ejecutivo dijo que el debate sobre la composición de esa nueva G "está en marcha" y que ha quedado claro que "España debe estar".

Por la mañana, antes de acudir a la cumbre, Zapatero visitó la Fortaleza Española de L´Aquila, gravemente dañada por el terremoto de abril. El Gobierno se hará cargo de su reconstrucción, que tendrá un coste que rondará los 40 millones.